No hace tanto tiempo, los
árboles ofrecían unas ramas desnudas y ahora se visten apresuradamente de verde y de
flores, no se resignan a morir, ellos aman la vida.
Merece la pena estos días darse una vueltecita por los
campos que rodean a nuestro
pueblo para contemplar los árboles en
flor, los pájaros que vuelven a cantar con todas sus fuerzas y a formar los
nidos en las ramas de los árboles y en los huecos de los
tejados.
Nos puede suceder, que las personas siendo los reyes de la
naturaleza,
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