Que alegria de pequeños cuando veíamos un nido. Estábamos pendientes para ver cuando salían los pajaritos. LA DURMIENTE
La luna mientras duermes te acompaña,
tiende su luz por tu cabello y frente,
va del semblante al cuello, y lentamente
cumbres y valles de tu seno baña.
Yo, Lesbia, que al umbral de tu cabaña
hoy velo, lloro, y ruego inútilmente,
el curso de la luna refulgente,... Como buscan la cigüeñas su refugio y tranquilidad y palo a palo construir su nido. Parece que fuera la mano del hombre que lo hubiera puesto ahí.