Como se han deteriorado las escuelas, recuerdo esas tardes de otoño que entraba un solecito por estos ventanales -que a decir verdad en nuetras casas no las teniamos- y ver la sierra con esas tonarojizos, amarillos miles y ver pasar a gente por la calle de abajo.Salir a las 5 para merendar pan con chocolate, o pan con mantequilla y azucar...