«Lo que hacemos por los municipios es un balón de oxígeno que ellos multiplican»
Eduardo Cantalapiedra - martes, 08 de enero de 2013
Entrevista a Agustín González, presidente de la Diputación Provincial
Coincidiendo con el inicio del nuevo año, el presidente de la Diputación de Ávila, Agustín González, concede una entrevista a este periódico para pulsar la actualidad de la provincia.
¿Qué balance hace del año que acaba de terminar?
Ha sido un año en el que la Diputación ha mantenido ese rigor en la gestión y esa responsabilidad para conseguir los objetivos fundamentales de esta casa, que pasan por atender a los 248 municipios de esta provincia, estar muy cerca de los alcaldes y escuchar sus inquietudes, sus demandas y sus prioridades, y aprender de ellos. Convenimos un presupuesto de un millón de euros para que pudieran tener una atención con los trabajadores desempleados de esos municipios, que llamamos Fomento de Empleo, así como 1,5 millones de euros para su gasto corriente, con el objetivo de que lo aplicaran a sanear sus arcas o a aplicarlo a las necesidades más perentorias y otro millón de euros para pequeñas obras de urgencia que pudieran tener. También se ha tratado de reducir el endeudamiento de tal manera que estamos por debajo del 50 por ciento y así esa cantidad que tendría que destinarse a amortizar la deuda, en los presupuestos de este año podremos aplicarla a esas realidades de los municipios.
¿Cómo viene afrontando la Diputación estos años de crisis?
Cuando uno ha hecho los deberes durante estos años y ha sido muy riguroso en la gestión, saneando las cuentas y reduciendo el endeudamiento natural al que lleva la petición del crédito necesario para acometer algunas obras, pero siempre con el equilibrio de no gastar más de lo que se puede, eso permite que ahora la Diputación ya no deba nada a nadie y que el año pasado no hubiera que ir al crédito para el pago de proveedores. Además vamos amortizando los compromisos a largo plazo.
Es una institución muy saneada y eso nos da una gran tranquilidad por haber hecho las cosas con rigor durante muchos años. Así podemos trasladar a la opinión pública los frutos de una institución que con seriedad y la ayuda de todos los trabajadores de la casa ha podía llegar hasta donde lo ha hecho.
¿Qué apoyo se viene prestando desde la Diputación a los ayuntamientos de la provincia, que atraviesan importantes dificultades económicas?
Ha sido la prioridad a la hora de redactar los presupuestos de 2013. Este año tendremos un millón de euros en los presupuestos, otro millón en remanente de tesorería. Van a tener un millón y medio para gasto corriente de los ayuntamientos que con otra ayuda de la Diputación se irá a cuatro millones para gasto corriente, que gestiona la propia Diputación con la ayuda de las otras administraciones, y también habrá una partida para pequeñas inversiones de cierta urgencia, en un plan que llamamos de contingencia, que también rondará el millón de euros. Todo lo que hagamos por nuestros municipios es poco, pero es un balón de oxígeno que ellos saben luego multiplicar.
La desaparición de diferentes líneas de ayuda a los ayuntamientos por parte del Estado y el Gobierno regional ¿ha obligado a la Diputación a abrir nuevas líneas de apoyo a los municipios?
Había dos partidas para inversiones, el Plan Nacional y el Fondo de Cooperación Local de la Junta. Ante las dificultades económicas de ambas administraciones, en 2012 no hubo ese fondo de inversión y en 2013 ya nos han anunciado que vamos a tener que hacer un paréntesis. De ahí nace que nosotros pongamos en manos de los ayuntamientos algún millón de euros para pequeñas obras que por razones de urgencia necesiten acometer.
Justifica ese papel ahora más que nunca la continuidad de la ¿s diputaciones?
Los ayuntamientos lo han tenido claro y así han ratificaron a través de sus plenos el apoyo a esta institución que tanto técnicamente como jurídica y económicamente les ayuda. Quedarían totalmente desmantelados los municipios si no existiera la Diputación o no pudieran tener ese auxilio del que tantas veces hacemos gala y que ellos reconocen, porque tienen hilo directo con cualquiera de los profesionales de esta casa para escuchar sus demandas o asesorarles. En una provincia como la nuestra en la que el 90 por ciento de los municipios tienen menos de 1.000 habitantes, necesitan el amparo de una institución que abarca todos los ámbitos.
Hace meses, cuando se planteo el debate sobre la continuidad de las diputaciones, usted salió en su defensa, aunque admitió la posibilidad de su reorganización ¿sus planteamientos siguen en esa línea?
Todo eso se ha ido materializando o madurando. Yo siempre dije que la Diputación es el alma de los ayuntamientos, pero lo que sí que es verdad es que en el siglo XXI, ya con 200 años de existencia, cabe algún tipo de reordenación, de tal manera que en municipios tan pequeños como lo que tenemos en Ávila y con tantas carencias en el plano administrativo, la Diputación pueda comprometerse de una manera más directa en la gestión global de la administración de los mismos, materializando las competencias concretas de las que los ayuntamientos puedan liberarse y que pasen directamente a las diputaciones, sin cortar su autonomía.
Eduardo Cantalapiedra - martes, 08 de enero de 2013
Entrevista a Agustín González, presidente de la Diputación Provincial
Coincidiendo con el inicio del nuevo año, el presidente de la Diputación de Ávila, Agustín González, concede una entrevista a este periódico para pulsar la actualidad de la provincia.
¿Qué balance hace del año que acaba de terminar?
Ha sido un año en el que la Diputación ha mantenido ese rigor en la gestión y esa responsabilidad para conseguir los objetivos fundamentales de esta casa, que pasan por atender a los 248 municipios de esta provincia, estar muy cerca de los alcaldes y escuchar sus inquietudes, sus demandas y sus prioridades, y aprender de ellos. Convenimos un presupuesto de un millón de euros para que pudieran tener una atención con los trabajadores desempleados de esos municipios, que llamamos Fomento de Empleo, así como 1,5 millones de euros para su gasto corriente, con el objetivo de que lo aplicaran a sanear sus arcas o a aplicarlo a las necesidades más perentorias y otro millón de euros para pequeñas obras de urgencia que pudieran tener. También se ha tratado de reducir el endeudamiento de tal manera que estamos por debajo del 50 por ciento y así esa cantidad que tendría que destinarse a amortizar la deuda, en los presupuestos de este año podremos aplicarla a esas realidades de los municipios.
¿Cómo viene afrontando la Diputación estos años de crisis?
Cuando uno ha hecho los deberes durante estos años y ha sido muy riguroso en la gestión, saneando las cuentas y reduciendo el endeudamiento natural al que lleva la petición del crédito necesario para acometer algunas obras, pero siempre con el equilibrio de no gastar más de lo que se puede, eso permite que ahora la Diputación ya no deba nada a nadie y que el año pasado no hubiera que ir al crédito para el pago de proveedores. Además vamos amortizando los compromisos a largo plazo.
Es una institución muy saneada y eso nos da una gran tranquilidad por haber hecho las cosas con rigor durante muchos años. Así podemos trasladar a la opinión pública los frutos de una institución que con seriedad y la ayuda de todos los trabajadores de la casa ha podía llegar hasta donde lo ha hecho.
¿Qué apoyo se viene prestando desde la Diputación a los ayuntamientos de la provincia, que atraviesan importantes dificultades económicas?
Ha sido la prioridad a la hora de redactar los presupuestos de 2013. Este año tendremos un millón de euros en los presupuestos, otro millón en remanente de tesorería. Van a tener un millón y medio para gasto corriente de los ayuntamientos que con otra ayuda de la Diputación se irá a cuatro millones para gasto corriente, que gestiona la propia Diputación con la ayuda de las otras administraciones, y también habrá una partida para pequeñas inversiones de cierta urgencia, en un plan que llamamos de contingencia, que también rondará el millón de euros. Todo lo que hagamos por nuestros municipios es poco, pero es un balón de oxígeno que ellos saben luego multiplicar.
La desaparición de diferentes líneas de ayuda a los ayuntamientos por parte del Estado y el Gobierno regional ¿ha obligado a la Diputación a abrir nuevas líneas de apoyo a los municipios?
Había dos partidas para inversiones, el Plan Nacional y el Fondo de Cooperación Local de la Junta. Ante las dificultades económicas de ambas administraciones, en 2012 no hubo ese fondo de inversión y en 2013 ya nos han anunciado que vamos a tener que hacer un paréntesis. De ahí nace que nosotros pongamos en manos de los ayuntamientos algún millón de euros para pequeñas obras que por razones de urgencia necesiten acometer.
Justifica ese papel ahora más que nunca la continuidad de la ¿s diputaciones?
Los ayuntamientos lo han tenido claro y así han ratificaron a través de sus plenos el apoyo a esta institución que tanto técnicamente como jurídica y económicamente les ayuda. Quedarían totalmente desmantelados los municipios si no existiera la Diputación o no pudieran tener ese auxilio del que tantas veces hacemos gala y que ellos reconocen, porque tienen hilo directo con cualquiera de los profesionales de esta casa para escuchar sus demandas o asesorarles. En una provincia como la nuestra en la que el 90 por ciento de los municipios tienen menos de 1.000 habitantes, necesitan el amparo de una institución que abarca todos los ámbitos.
Hace meses, cuando se planteo el debate sobre la continuidad de las diputaciones, usted salió en su defensa, aunque admitió la posibilidad de su reorganización ¿sus planteamientos siguen en esa línea?
Todo eso se ha ido materializando o madurando. Yo siempre dije que la Diputación es el alma de los ayuntamientos, pero lo que sí que es verdad es que en el siglo XXI, ya con 200 años de existencia, cabe algún tipo de reordenación, de tal manera que en municipios tan pequeños como lo que tenemos en Ávila y con tantas carencias en el plano administrativo, la Diputación pueda comprometerse de una manera más directa en la gestión global de la administración de los mismos, materializando las competencias concretas de las que los ayuntamientos puedan liberarse y que pasen directamente a las diputaciones, sin cortar su autonomía.