Luz y gas para ti

MESEGAR DE CORNEJA: SANTA ANA ...

SANTA ANA
La Patrona de Mesegar de Corneja Ávila
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DEVOCIÓN DE SANTA ANA

El patronazgo de Santa Ana sobre el hogar y sus faenas se fundamentaba no solo en el hecho de que Santa Ana fue la Madre de la Virgen María, y le enseñó las tareas domésticas, sino también había una tradición según la cual fue Santa Ana la inventora del cocido de garbanzos o puchero, (esta tradición está recogida en una poesía de Manuel Machado).

Cuando las mujeres tenían que salir a la compra a la "plasa", el puchero de garbanzos se dejaba puesto al fuego, la cochura de los garbanzos tardaba una media de tres horas. Ante el temor de que el fuego se apagase, (ornilla de carbón), o se volcara el puchero, u ocurriera algo que estropease la comida, cuando las mujeres salían le pedían a Santa Ana estas oraciones:

Señora Santa Ana,
en tus manos
dejo mi casa,
Señora Santa Ana
cuidame el puchero
por tu Hija María
y por tu nieto verdadero...

A veces, la mujer se distraía en la calle y se retrasaba el regreso, encontraba la comida estropeada o sin lumbre, entonces con "tó er desparpajo der mundo" solía achacar echándo la culpa a Santa Ana diciendo:

"Hoy se ha descuidado la "Señá" Santa Ana"...

Por último, por la noche, al cerrar la puerta de la casa, decían esta oración:

La puerta de la calle
Dios me la guarde,
la del corral el
Señor San Juan,
y la ventana,
la Señá Santa Ana,
la del aposento,
el Stmo Sacramento...

¿Conocéis la leyenda que atribuye a Santa Ana
la invención del puchero?... ¿Y aquella otra, llena
de aroma y gracia, de una hierba que es buena,
en competencia con otra que es mejor, Ana?

Y en la ruda corteza de los augustos robles
viendo gotas de lluvia resbalar como llanto,
¿pensasteis en los rostros arrugados y nobles
de las abuelas, reinas-madres, que amaron tanto?...

Todo ello se evoca viendo a esta vieja santa,
a quien nimba una lumbre de hogar inextinguida,
bajo la gracia pura del sevillano cielo...

Y aun, con alegres cuentos, al nietecillo encanta;
y aun, heroica, conserva, al final de la vida,
la sonrisa en los labios y la rosa en el pelo.

Autógrafo
Manuel Machado.