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Ya no hay burros en Mesegar, al menos que yo sepa. Sin embargo durante muchos años los burros en Mesegar eran tan numerosos como imprescindibles.
Pocas o quizás ninguna familia habría en el pueblo que no tuviera un burro en su cuadra., el burro lo era todo, con el se iba a la fuente a por agua, eso sí, poniéndole previamente la albarda y las aguaderas encima, para luego colocar los cuatro cántaros dentro.
También los martes se iba con ellos por los caminos empedrados y polvorientos al mercado en Piedrahíta, para poder hacer los encargos semanales de todo aquello que no se podía adquirir en el pueblo, pasar allí el día charlando con los paisanos de los pueblos vecinos, o para realizar las tareas administrativas que no se podían realizar en el pueblo, eso sí todo ello habiendo dejado previamente a los burros en las posadas bien custodiadas.
Sin embargo el papel fundamental de los burros se desarrollaba en el campo, con el se labraba la tierra y una vez recogido el fruto, era utilizado como animal de carga para transportarlo.
Con el burro se trillaba en las eras en la época estival, no había cosa que más ilusión me hiciera de chica, que subirme al trillo y sentarme en la banqueta de madera para ir girando alrededor de la parva, cuidando, eso si, de que el burro no se saliera de dicha parva.
En fin, para todo servía el burro y para todo se utilizaba.
Pero los burros fueron desapareciendo con los años, como fueron desapareciendo las gentes de los pueblos y hoy no hay burros, no hay parvas en las eras, no hay gentes.
No nos olvidemos ni de unos ni de otros.
Este es mi pequeño homenaje a los BURROS y a las VECINOS DE MESEGAR que subidos al lomo de un BURRO vivieron sus VIDAS.
Pocas o quizás ninguna familia habría en el pueblo que no tuviera un burro en su cuadra., el burro lo era todo, con el se iba a la fuente a por agua, eso sí, poniéndole previamente la albarda y las aguaderas encima, para luego colocar los cuatro cántaros dentro.
También los martes se iba con ellos por los caminos empedrados y polvorientos al mercado en Piedrahíta, para poder hacer los encargos semanales de todo aquello que no se podía adquirir en el pueblo, pasar allí el día charlando con los paisanos de los pueblos vecinos, o para realizar las tareas administrativas que no se podían realizar en el pueblo, eso sí todo ello habiendo dejado previamente a los burros en las posadas bien custodiadas.
Sin embargo el papel fundamental de los burros se desarrollaba en el campo, con el se labraba la tierra y una vez recogido el fruto, era utilizado como animal de carga para transportarlo.
Con el burro se trillaba en las eras en la época estival, no había cosa que más ilusión me hiciera de chica, que subirme al trillo y sentarme en la banqueta de madera para ir girando alrededor de la parva, cuidando, eso si, de que el burro no se saliera de dicha parva.
En fin, para todo servía el burro y para todo se utilizaba.
Pero los burros fueron desapareciendo con los años, como fueron desapareciendo las gentes de los pueblos y hoy no hay burros, no hay parvas en las eras, no hay gentes.
No nos olvidemos ni de unos ni de otros.
Este es mi pequeño homenaje a los BURROS y a las VECINOS DE MESEGAR que subidos al lomo de un BURRO vivieron sus VIDAS.
