Litúrgicamente orientado, es un templo de nave única rematada en cabecera poligonal, sin diferenciarse en altura en el alzado. Está ejecutada en mampostería de granito con encintado de mortereo de cal, reforzándose las aristas y vanos con sillería y sillarejo. La
portada, al mediodía, está protegida por un portalillo de construcción contemporánea, tratándose de un
arco de medio punto ejecutado en sillería de granito caleño de las canteras de La Colilla, siendo el mismo material empleado en la construcción del
románico de la ciudad de
Ávila.
A los pies se eleva una
espadaña construida en sillería de granito, con dos vanos en arco de medio punto para
campanas y rematada en
frontón triangular.
Es muy posible que la portada sea reminiscencia del primitivo templo románico. El grueso del templo dataría del S. XVI, con importantes reformas en la primera mitad del S. XX.
En el interior llaman la atención el artesonado de madera y la tribuna.
El sencillo
retablo Mayor, del S. XVI, aparece presidido por una talla de
San Sebastián asaetado por flechas y atado a un
árbol, mientras que el resto del conjunto está formado por cinco lienzos pintados en los que se reconocen varias escenas del santoral de figuras de
santos varones y milagros; la cúspide queda ocupada por un
calvario. Destaca la figura de San Sebastián, cuyo autor, y según algunos estudiosos, podría pertenecer a la
escuela de Berruguete.