Como la gran mayoría de las poblaciones vecinas, sus orígenes se remontan a la repoblación llevada a cabo tras la conquista de la tierra de
Ávila. El topónimo de su nombre nos da cuenta de sus primitivos pobladores vasco navarros. Quedó incluido, junto a su anejo de
Mercadillo, en el Común de Villa y Tierra de Avila, a la que perteneció hasta el siglo XIX, en que pasó a depender del partido judicial de Piedrahíta, entonces de la
Sierra. No obstante, con anterioridad a la llegada de estos pobladores ya fue lugar habitado por tribus vetonas, de las que nos han llegado, entre otros, el castro del Alto del Quemado, uno de los más peculiares encontrados por su doble recinto
amurallado.