Cuando observo el
campo sin arar, cuando los
aperos
de
labranza están olvidados, cuando la tierra está quebrada
y abandonada, me pregunto:
¿Dónde estarán las manos de Dios?
Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil;
cuando veo al prepotente pedante enriquecerse del ignorante
y del pobre, del obrero y del campesino, carentes de recursos
para defender sus derechos, me pregunto:
¿Dónde estarán las manos de Dios?
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