SEÑOR. ¿QUÉ LE PASARÁ A MI VIDA?
El llanto que rompe mi calma.
Y es que quisiera seguir
tras las huellas de mis pasos
y por mis muchos fracasos
no lo puedo conseguir.
¿Qué me pasará, Señor.?
¿Qué le faltará a mi vida.?
Porque no puedo acoplarme
a tu palabra divina.
Misericordia, Dios mío,
tu bondad borre mi culpa
y enséñame con tu amor
cómo ha de ser mi conducta.
Quiero vestir al desnudo,
partir pan con el hambriento,
acoger al peregrino
y sin embargo no puedo.
Y lucho para lograr
poder salir a tu encuentro,
y aunque me creo tan cerca,
Señor, que lejos me encuentro.
¿Qué me pasará, Señor...?
Sin saber quién recoge, sembrad,
serenos, sin prisas,
las buenas palabras, acciones, sonrisas...
Sin saber quién recoge, dejad
que se lleven la siembra las brisas.
Con un gesto que ahuyente el temor
abarcad la tierra,
en ella encierra
la gran esperanza para el sembrador.
¡Abarcad la tierra!
No os importe no ver germinar el don de alegría;
sin melancolía
dejad al capricho del viento volar
la siembra de un día.
(Madre Cristina de la Cruz)
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