No temas mi señor: estoy alerta
Mientras tú de la tierra te desligas
Y, con el sueño tu dolor mitigas,
Dejando el alma a la esperanza abierta.
Vendrá la aurora y te diré: “despierta,
Huyeron ya las
sombras enemigas.
Soy compañero fiel de tus fatigas
Y celoso guardián junto a tu
puerta.
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