CRÓNICA DEL ALBA
Quién dirá ahora que se ha enamorado?
¿Quién nacerá con pleno convencimiento?
La tierra es ya un solo cuerpo, ardiente y mudo,
un costado de
niebla que el odio ha empapado.
¿Quien lavará la
sombra seca del muro?
¿Quién plantará el olvido necesario?
La tierra, que no distingue el cráneo de la rosa.
Sólo la tierra, que avanza ajena y sin memoria.