LOS GLOBOS
Hace varios años, un vendedor de globos vendía su producto en las calles de Nueva York.
Cuando el negocio bajaba, soltaba un globo, al flotar en el aire, se reunía una nueva multitud de compradores y su negocio se fortalecía por unos minutos.
Alternaba los colores, primero uno blanco, luego uno rojo y después uno amarillo. Al cabo de un tiempo, un pequeño niño negro le jaló la manga del saco, miró al vendedor a los ojos y le preguntó:
"Señor, si suelta un globo negro, ¿subiría?
El ... (ver texto completo)
Hace varios años, un vendedor de globos vendía su producto en las calles de Nueva York.
Cuando el negocio bajaba, soltaba un globo, al flotar en el aire, se reunía una nueva multitud de compradores y su negocio se fortalecía por unos minutos.
Alternaba los colores, primero uno blanco, luego uno rojo y después uno amarillo. Al cabo de un tiempo, un pequeño niño negro le jaló la manga del saco, miró al vendedor a los ojos y le preguntó:
"Señor, si suelta un globo negro, ¿subiría?
El ... (ver texto completo)