En una oscura noche de invierno, tres vaqueros iban en sus cabalgaduras, atravesaban extraviados el lecho seco de un río.
Discutiendo entre si como podrían orientarse, se sorprendieron grandemente al oír una voz que desde la oscuridad les grito: "ALTO!... Desmonten y recojan cada uno tres piedras del río."
Atemorizados los vaqueros, obedecieron las ordenes salidas de las sombras, y se disponían a proseguir su extraviado camino cuando la voz... Quien no aprende a perdonar, dificulta su caminar. Perdonar deja una sensación de libertad maravillosa