Buenas noches Rubí y foreros:
Antes que se me eche el tiempo encima, pues como sabéis estamos terminando el año, os quiero desear una feliz salida y entrada de año nuevo, 2009.
Los Villancicos en España
Historia
Villancicos y otros cánticos navideños
Es lo que tiene esta época. Y es que en Navidad no hay gran éxito de superventas que valga. Lo que más se tararea son unas canciones populares llamadas villancicos. Esta denominación apareció en el siglo XV, aunque hay evidencias de que ya se cantaban en el siglo XIII y XIV. Desde sus inicios hasta la actualidad, los villancicos no han cambiado demasiado.
¿Cuáles son sus características?
Su música es sencilla y sus letras son alegres y pegadizas. Pero aún hay muchas cosas que contar sobre ellos. El villancico es “la canción de la villa” y en sus orígenes sirvió para registrar la vida cotidiana de los pueblos. En el siglo XV se consagraría como una peculiar forma de entender las tonadillas populares de la España Medieval, dando origen y asentándose la costumbre de entonar villancicos durante las fechas navideñas. Algunas de las melodías europeas de los villancicos formaron parte de los misterios y representaciones teatrales medievales del Ciclo de Navidad. Al prohibirse éstas en los templos, quedaron como cantos sueltos que se ejecutaban con motivo de la Navidad. Pronto los villancicos se trasladarían del pueblo a la Corte, convirtiéndose en los siglos XV y XVI —junto con el romance—, en las composiciones poético-musicales profanas más interpretadas.
Su evolución histórica
La pieza gregoriana Puer natus est, por su alusión a la Natividad de Cristo, está considerada como uno de los primeros villancicos de la Historia. Y es que la traducción de los primeros versos latinos de este canto es: “Un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado”. Entonces, ¿cómo no considerarlo un canto navideño?
El villancico, que en sus inicios fue una forma poética española, significa como hemos mencionado con anterioridad "canción de la villa", o "canción campesina" ya que, al parecer, fue un canto rústico de villanos o aldeanos en sus fiestas; su estructura musical fue más bien sencilla y utilizada, a manera de cronismo musical, para registrar los principales hechos de una comarca.
Sin embargo, esto no impidió que, más tarde, el villancico no solo se consolidase como género, sino que se convirtiera en el arquetipo de la "canción de Navidad", hasta llegar a nuestros días como amplio repertorio de canciones (de diferente origen) que se entonan, casi universalmente, en la época navideña.
Los primeros villancicos en España fueron composiciones polifónicas a tres y cuatro voces que se encuentran recopiladas en los cancioneros españoles de la época: en el "de Palacio", el "de Medinaceli", el "de Upsala" (editado en Venecia en 1556 y denominado "de Upsala" porque el único ejemplar conocido se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de dicha ciudad sueca), en el "de Sablonara", en el "de la Colombina", el "de Stúñiga", etc. Se recogen villancicos de los principales compositores de la época, como Juan del Encina. Su música es clara y sencilla, buscando la adaptación al texto. Nacido en 1469 probablemente en la provincia de Salamanca y muerto en León en 1529; realizó una creación con aproximación a la jugosa vena popular: la explotación hábil de los estribillos tradicionales. De su "Cancionero de Palacio" nos ha legado 68 composiciones vocales, entre las cuales existen villancicos.
Lo más curioso es que, en su origen, el tema del villancico casi nunca tenía que ver con la Navidad. Había villancicos de temática religiosa, aunque predominaban los de corte profano. Estos tenían el carácter marcado de las canciones pueblerinas: vivos, irónicos e incluso picarescos. De entre los de temática religiosa había algunos dedicados a la Virgen, a la festividad del Corpus, etc. Es importante señalar que los villancicos religiosos podrían haber formado parte de las representaciones medievales. Sin embargo, cuando éstas fueron prohibidas en los templos, quedaron como cantos sueltos navideños.
Estos cancioneros contienen buena cantidad de villancicos polifónicos cortesanos que poéticamente derivan del "zéjel" y de los géneros italianos "virelai" y "ballata", todos ellos conformados formalmente por estribillo (A), seguido de copla en dos partes (mudanza: bb - y vuelta: ba), al final de la cual se repite el estribillo (A) y sigue otra copla. Paralelamente al villancico polifónico se cuenta ya en el siglo XVI con el villancico a una voz y acompañamiento de vihuela que, a partir del siglo XVII, se acompañaría de guitarra. Desde fines del siglo XIX el nombre ha quedado exclusivamente para denominar a los cantos populares – religiosos o profanos – que aluden al misterio de la Navidad y que se cantan con el acompañamiento de instrumentos musicales populares. A partir de esta época, el villancico sufre grandes cambios pues su temática se va concentrando hacia la referencia de los elementos que intervienen en la fiesta de Navidad.
Se trataba de canciones que alternaban estribillo y estrofas. Eso no es todo. La estrofa tenía dos partes: la primera se llamaba mudanza y la segunda, vuelta.
Curiosamente, en la Andalucía árabe existía en tiempos de los troveros una composición de estructura parecida llamada zejel, que alternaba estrofas (cantadas por un solista) con un estribillo que era interpretado por el coro.
De “Los peces en el río” al “tamborilero”
Hoy en día, coincidiendo con las fiestas de Navidad, se interpretan villancicos de diferentes países del mundo. Aunque en España es muy habitual que cantemos los más representativos de algunas de nuestras regiones, especialmente los de Andalucía y los de Castilla. Y es que, aunque puede que no lo sepas, “El chiquirritín” o “Campana sobre campana” son andaluces. Mientras que, por ejemplo, “En el portal de Belén” es un villancico típicamente castellano.
De todas formas, todavía hay muchos más en otras comunidades autónomas. Así, sin ir más lejos, está “El buen rabadán” de Cataluña o “La Virgen y San José” de Extremadura. ¿Y en el País Vasco? Pues tienen dos villancicos muy populares: “Olentzero” y “Hator, hator”. El primero está dedicado al carbonero que, cada 24 de diciembre, baja del monte para repartir regalos entre los niños. Vamos, que cada comunidad tiene su propio repertorio.
**En el portal de Belén**
En el Portal de Belén
hay estrellas, Sol y Luna
la Virgen y San José
y el Niño, que está en la cuna.
Ande, ande, ande
la marimorena,
ande, ande, ande
que es la Nochebuena.
Pero mira cómo beben
los peces en el río,
pero mira cómo beben
por ver a Dios nacido.
Beben y beben
y vuelven a beber
los peces en el río
por ver a Dios nacer.
Alegría, alegría, alegría,
alegría, alegría y placer,
que esta noche nace el Niño
en el Portal de Belén.
En el Portal de Belén
hay una granada hermosa
que la pintó San José
con su mano poderosa.
Ya se ha abierto la granada,
ya ha salido el sol divino
para casarse con rosa,
Santo Domingo el padrino.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa)
La Virgen está lavando
y tendiendo en el romero,
los angelitos cantando
y el romero floreciendo.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa)
Pero mira cómo beben
(se repite esta estrofa)
Alegría, alegría
(se repite esta estrofa)
La Virgen lleva una rosa
en su divina pechera
que se la dio San José
el día de Nochebuena.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa)
Pero mira cómo beben
(se repite esta estrofa)
Alegría, alegría
(se repite esta estrofa)
La Virgen se está peinando
entre cortina y cortina,
los cabellos son de oro
y el peine de plata fina.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa)
Pero mira cómo beben
(se repite esta estrofa)
Alegría, alegría
(se repite esta estrofa)
En el Portal de Belén
hay un viejo haciendo migas,
se le escapó la rasera
y acudieron las hormigas.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa)
y las siguientes)
Esta noche es Nochebuena
y mañana es Navidad,
saca la bota, María,
que me voy a emborrachar.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa
y las siguientes)
En mi casa hay dos vecinos,
un marido y su mujer,
y aunque no sea Nochebuena
también montan su "belén".
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa
y las siguientes)
Esta noche es Nochebuena
y no es noche de dormir,
que ha nacido el Niño Dios
y hay que irle a divertir.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa
y las siguientes)
Esta noche nace el Niño
y no tengo que llevarle.
Le llevo mi corazón,
que le sirva de pañales.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa
y las siguientes)
FELIZ AÑO NUEVO.
Antes que se me eche el tiempo encima, pues como sabéis estamos terminando el año, os quiero desear una feliz salida y entrada de año nuevo, 2009.
Los Villancicos en España
Historia
Villancicos y otros cánticos navideños
Es lo que tiene esta época. Y es que en Navidad no hay gran éxito de superventas que valga. Lo que más se tararea son unas canciones populares llamadas villancicos. Esta denominación apareció en el siglo XV, aunque hay evidencias de que ya se cantaban en el siglo XIII y XIV. Desde sus inicios hasta la actualidad, los villancicos no han cambiado demasiado.
¿Cuáles son sus características?
Su música es sencilla y sus letras son alegres y pegadizas. Pero aún hay muchas cosas que contar sobre ellos. El villancico es “la canción de la villa” y en sus orígenes sirvió para registrar la vida cotidiana de los pueblos. En el siglo XV se consagraría como una peculiar forma de entender las tonadillas populares de la España Medieval, dando origen y asentándose la costumbre de entonar villancicos durante las fechas navideñas. Algunas de las melodías europeas de los villancicos formaron parte de los misterios y representaciones teatrales medievales del Ciclo de Navidad. Al prohibirse éstas en los templos, quedaron como cantos sueltos que se ejecutaban con motivo de la Navidad. Pronto los villancicos se trasladarían del pueblo a la Corte, convirtiéndose en los siglos XV y XVI —junto con el romance—, en las composiciones poético-musicales profanas más interpretadas.
Su evolución histórica
La pieza gregoriana Puer natus est, por su alusión a la Natividad de Cristo, está considerada como uno de los primeros villancicos de la Historia. Y es que la traducción de los primeros versos latinos de este canto es: “Un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado”. Entonces, ¿cómo no considerarlo un canto navideño?
El villancico, que en sus inicios fue una forma poética española, significa como hemos mencionado con anterioridad "canción de la villa", o "canción campesina" ya que, al parecer, fue un canto rústico de villanos o aldeanos en sus fiestas; su estructura musical fue más bien sencilla y utilizada, a manera de cronismo musical, para registrar los principales hechos de una comarca.
Sin embargo, esto no impidió que, más tarde, el villancico no solo se consolidase como género, sino que se convirtiera en el arquetipo de la "canción de Navidad", hasta llegar a nuestros días como amplio repertorio de canciones (de diferente origen) que se entonan, casi universalmente, en la época navideña.
Los primeros villancicos en España fueron composiciones polifónicas a tres y cuatro voces que se encuentran recopiladas en los cancioneros españoles de la época: en el "de Palacio", el "de Medinaceli", el "de Upsala" (editado en Venecia en 1556 y denominado "de Upsala" porque el único ejemplar conocido se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de dicha ciudad sueca), en el "de Sablonara", en el "de la Colombina", el "de Stúñiga", etc. Se recogen villancicos de los principales compositores de la época, como Juan del Encina. Su música es clara y sencilla, buscando la adaptación al texto. Nacido en 1469 probablemente en la provincia de Salamanca y muerto en León en 1529; realizó una creación con aproximación a la jugosa vena popular: la explotación hábil de los estribillos tradicionales. De su "Cancionero de Palacio" nos ha legado 68 composiciones vocales, entre las cuales existen villancicos.
Lo más curioso es que, en su origen, el tema del villancico casi nunca tenía que ver con la Navidad. Había villancicos de temática religiosa, aunque predominaban los de corte profano. Estos tenían el carácter marcado de las canciones pueblerinas: vivos, irónicos e incluso picarescos. De entre los de temática religiosa había algunos dedicados a la Virgen, a la festividad del Corpus, etc. Es importante señalar que los villancicos religiosos podrían haber formado parte de las representaciones medievales. Sin embargo, cuando éstas fueron prohibidas en los templos, quedaron como cantos sueltos navideños.
Estos cancioneros contienen buena cantidad de villancicos polifónicos cortesanos que poéticamente derivan del "zéjel" y de los géneros italianos "virelai" y "ballata", todos ellos conformados formalmente por estribillo (A), seguido de copla en dos partes (mudanza: bb - y vuelta: ba), al final de la cual se repite el estribillo (A) y sigue otra copla. Paralelamente al villancico polifónico se cuenta ya en el siglo XVI con el villancico a una voz y acompañamiento de vihuela que, a partir del siglo XVII, se acompañaría de guitarra. Desde fines del siglo XIX el nombre ha quedado exclusivamente para denominar a los cantos populares – religiosos o profanos – que aluden al misterio de la Navidad y que se cantan con el acompañamiento de instrumentos musicales populares. A partir de esta época, el villancico sufre grandes cambios pues su temática se va concentrando hacia la referencia de los elementos que intervienen en la fiesta de Navidad.
Se trataba de canciones que alternaban estribillo y estrofas. Eso no es todo. La estrofa tenía dos partes: la primera se llamaba mudanza y la segunda, vuelta.
Curiosamente, en la Andalucía árabe existía en tiempos de los troveros una composición de estructura parecida llamada zejel, que alternaba estrofas (cantadas por un solista) con un estribillo que era interpretado por el coro.
De “Los peces en el río” al “tamborilero”
Hoy en día, coincidiendo con las fiestas de Navidad, se interpretan villancicos de diferentes países del mundo. Aunque en España es muy habitual que cantemos los más representativos de algunas de nuestras regiones, especialmente los de Andalucía y los de Castilla. Y es que, aunque puede que no lo sepas, “El chiquirritín” o “Campana sobre campana” son andaluces. Mientras que, por ejemplo, “En el portal de Belén” es un villancico típicamente castellano.
De todas formas, todavía hay muchos más en otras comunidades autónomas. Así, sin ir más lejos, está “El buen rabadán” de Cataluña o “La Virgen y San José” de Extremadura. ¿Y en el País Vasco? Pues tienen dos villancicos muy populares: “Olentzero” y “Hator, hator”. El primero está dedicado al carbonero que, cada 24 de diciembre, baja del monte para repartir regalos entre los niños. Vamos, que cada comunidad tiene su propio repertorio.
**En el portal de Belén**
En el Portal de Belén
hay estrellas, Sol y Luna
la Virgen y San José
y el Niño, que está en la cuna.
Ande, ande, ande
la marimorena,
ande, ande, ande
que es la Nochebuena.
Pero mira cómo beben
los peces en el río,
pero mira cómo beben
por ver a Dios nacido.
Beben y beben
y vuelven a beber
los peces en el río
por ver a Dios nacer.
Alegría, alegría, alegría,
alegría, alegría y placer,
que esta noche nace el Niño
en el Portal de Belén.
En el Portal de Belén
hay una granada hermosa
que la pintó San José
con su mano poderosa.
Ya se ha abierto la granada,
ya ha salido el sol divino
para casarse con rosa,
Santo Domingo el padrino.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa)
La Virgen está lavando
y tendiendo en el romero,
los angelitos cantando
y el romero floreciendo.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa)
Pero mira cómo beben
(se repite esta estrofa)
Alegría, alegría
(se repite esta estrofa)
La Virgen lleva una rosa
en su divina pechera
que se la dio San José
el día de Nochebuena.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa)
Pero mira cómo beben
(se repite esta estrofa)
Alegría, alegría
(se repite esta estrofa)
La Virgen se está peinando
entre cortina y cortina,
los cabellos son de oro
y el peine de plata fina.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa)
Pero mira cómo beben
(se repite esta estrofa)
Alegría, alegría
(se repite esta estrofa)
En el Portal de Belén
hay un viejo haciendo migas,
se le escapó la rasera
y acudieron las hormigas.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa)
y las siguientes)
Esta noche es Nochebuena
y mañana es Navidad,
saca la bota, María,
que me voy a emborrachar.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa
y las siguientes)
En mi casa hay dos vecinos,
un marido y su mujer,
y aunque no sea Nochebuena
también montan su "belén".
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa
y las siguientes)
Esta noche es Nochebuena
y no es noche de dormir,
que ha nacido el Niño Dios
y hay que irle a divertir.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa
y las siguientes)
Esta noche nace el Niño
y no tengo que llevarle.
Le llevo mi corazón,
que le sirva de pañales.
Ande, ande, ande
(se repite esta estrofa
y las siguientes)
FELIZ AÑO NUEVO.