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NARROS DEL CASTILLO: Allá en Covadonga,...

Allá en Covadonga,
viendo que era hombre de espada,
me pusieron de avanzada
por la noche. Que me exponga
yo más que éstos, justo es,
me dije; soy un soldado,
y no hay completo un arnés
en campo tan mal armado;
de facción quedéme, pues.
Creí juntarme con vos
a la aurora; mas la lucha
se trabó antes; yo os f uí en pos,
pero la gente era mucha,
y quiso apartarnos Dios.
Caí herido; de un paisano
lleváronme á la cabaña,
y cuando ya me vi sano,
volviendo al campo de España,
nuevas de vos pedí en vano.
Mas comprendí que vivíais
por un soldado que habló
de uno que por rey se dió;
Y juzgando que os vendríais
aquí, tras vos eché yo.
Orillas del Duero dí
con los huesos de un corcel;
cerca los pedazos vi
de un arnés; fijéme en él,
y el vuestro reconocí.