las sandalias
Una hermosa anécdota sobre el DESPRENDIMIENTO que se vive en la India, dice que cierto día salió a caminar una mujer pobre que iba a trabajar. De pronto, ella se detuvo y tomó en las manos una de las humildes sandalias que usaba. Trató de arreglarla pero estaba ya tan gastada que no pudo hacer nada.
Entonces la puso suavemente a un lado del camino y a su lado puso también la otra sandalia.
Luego juntó sus manos en un gesto de saludo orante, bendijo las sandalias y siguió su camino descalza.
En lugar de maldecir o renegar se desprendió de su pobre calzado con un gesto de profunda gratitud.
¡Qué lección! ¡Cuánta falta nos hace aprender a ser libres, sin una posesividad que encadena! El desprendimiento es fuente de paz y alegría.
Una hermosa anécdota sobre el DESPRENDIMIENTO que se vive en la India, dice que cierto día salió a caminar una mujer pobre que iba a trabajar. De pronto, ella se detuvo y tomó en las manos una de las humildes sandalias que usaba. Trató de arreglarla pero estaba ya tan gastada que no pudo hacer nada.
Entonces la puso suavemente a un lado del camino y a su lado puso también la otra sandalia.
Luego juntó sus manos en un gesto de saludo orante, bendijo las sandalias y siguió su camino descalza.
En lugar de maldecir o renegar se desprendió de su pobre calzado con un gesto de profunda gratitud.
¡Qué lección! ¡Cuánta falta nos hace aprender a ser libres, sin una posesividad que encadena! El desprendimiento es fuente de paz y alegría.