“Mañana ¿qué será de tus encantos
de tus bellos matices, pobre flor?
No habrá pesares para ti, ni llantos,
ni más recuerdos que mi triste amor.”
de tus bellos matices, pobre flor?
No habrá pesares para ti, ni llantos,
ni más recuerdos que mi triste amor.”
RONDA DEL VESTIDO
Dame, señora, licencia
para cortar un vestido,
que nadie le ponga faltas
y te venga bien cumplido.
El pañuelo que te pones
de día, claro lucero,
que te tapa tu belleza
y esos tus rubios cabellos.
Los pendientes que te pones
campanillas de oro son,
que descansan en tus hombros
y dan en mi corazón.
Dame, señora, licencia
para cortar un vestido,
que nadie le ponga faltas
y te venga bien cumplido.
El pañuelo que te pones
de día, claro lucero,
que te tapa tu belleza
y esos tus rubios cabellos.
Los pendientes que te pones
campanillas de oro son,
que descansan en tus hombros
y dan en mi corazón.
Los corales que te pones
alrededor de la garganta,
merecían de que [sic] fueran
de oro y de fina plata.
El justillo que te pones
abrochado con primor,
acuérdate de aquel majo
que te regaló el cordón.
El manteo que te pones
le [sic] comparo a una campana,
pomposita por abajo,
por arriba acinturada.
alrededor de la garganta,
merecían de que [sic] fueran
de oro y de fina plata.
El justillo que te pones
abrochado con primor,
acuérdate de aquel majo
que te regaló el cordón.
El manteo que te pones
le [sic] comparo a una campana,
pomposita por abajo,
por arriba acinturada.