NARROS DEL CASTILLO: *****APRENDI*****...

*****APRENDI*****

aprendí del respeto
en la calle,
del silencio
lo escrito en las paredes
y lo dicho
como cifras calculables
en operaciones dispares.
Y recordé
que lo mejor suele estar sentido
lo sentido mas presente
y el presente fuera de tiempo
donde nada es perdido.

Aprendí que el dolor
es la puerta de la carne
donde las penas son huellas
y las lágrimas sangre
y recordé
que al abrir las manos
siempre hubo amigos
transformando las frutas verdes
con una pulpa madura.

Aprendí que decir mi nombre
no era ignorar los códices
esconder las manos
ni santificar las dudas
que abrir y cerrar resortes
son como las entradas y salidas
acentos que no son obvios
entre salibas y contiguas.

Y entonces recordé
que lo aprendido era parte
de una vida no vivida
de un momento inmaculado
en un sueño que se desliza.
Donde las miradas se hacen hambre
El hambre, mujer y hombre
y todas las carnes, cintura.