Allá, arriba,
en aquella montaña,
hay una vieja,
pelando una pava,
y la pelaba,
con tanto primor,
que sacaba pluma,
para un cobertor.
en aquella montaña,
hay una vieja,
pelando una pava,
y la pelaba,
con tanto primor,
que sacaba pluma,
para un cobertor.