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NARROS DEL CASTILLO: ¡Estaba la dolorosa...

¡Estaba la dolorosa
junto al leño de la cruz
¡Qué alta palabra de luz!
! Qué manera tan graciosa
de enseñarnos la preciosa
lección del callar doliente!
tronaba el cielo rugiente.
La tierra se estremecia
bramaba el agua... Marìa
estaba, sencillamente.