DOLOROSA
He aquí, helados cristalinos,
sobre el virginal regazo,
muertos ya para el abrazo,
aquellos miembros divinos.
Huyeron los asesinos.
¡Qué soledad sin colores!
¡Oh Madre mia, no llores!
¡Còmo lloraba Maria!
La llaman desde aquèl dia
la Virgen de los Dolores.
Dame tu mano Maria,
la de las tocas moradas.
Clàvame tus siete espadas
en esta carne baldìa.
Quiero ir contigo en la impia
tarde negra y amarilla.
Aqui´en mi torpe mejilla
quiero ver si se retrata
esa lividez de plata,
esa làgrima que brilla
continua
la orla negra de tu manto
He aquí, helados cristalinos,
sobre el virginal regazo,
muertos ya para el abrazo,
aquellos miembros divinos.
Huyeron los asesinos.
¡Qué soledad sin colores!
¡Oh Madre mia, no llores!
¡Còmo lloraba Maria!
La llaman desde aquèl dia
la Virgen de los Dolores.
Dame tu mano Maria,
la de las tocas moradas.
Clàvame tus siete espadas
en esta carne baldìa.
Quiero ir contigo en la impia
tarde negra y amarilla.
Aqui´en mi torpe mejilla
quiero ver si se retrata
esa lividez de plata,
esa làgrima que brilla
continua
la orla negra de tu manto