A LA VIRGEN DE LOS DOLORES
Virgen de los dolores,
Madre querida,
que lloras tan amante,
tan dolorida.
Ese llanto que viertes
por el Señor,
es Jordán del pecado,
fuente de amor.
Las perlas de los mares
no valen tanto,
como las que tus ojos
vierten en llanto.
y todos los que saben
que viertes perlas,
vienen aquí amorosos
a recogerlas.
Tus hijos, que están tristes,
buscan tu abrigo,
sus fieles corazones
lloran contigo.
y llorarán sus penas
hasta cegar;
mientras les queden ojos
para llorar.
Míranos, Madre santa,
puestos de hinojos;
mira los manantiales
de nuestros ojos.
y mientras llanto enjuga
tu rostro empañe,
habrá llanto en tus hijos
que te acompañe.
Virgen de los dolores,
Madre querida,
que lloras tan amante,
tan dolorida.
Ese llanto que viertes
por el Señor,
es Jordán del pecado,
fuente de amor.
Las perlas de los mares
no valen tanto,
como las que tus ojos
vierten en llanto.
y todos los que saben
que viertes perlas,
vienen aquí amorosos
a recogerlas.
Tus hijos, que están tristes,
buscan tu abrigo,
sus fieles corazones
lloran contigo.
y llorarán sus penas
hasta cegar;
mientras les queden ojos
para llorar.
Míranos, Madre santa,
puestos de hinojos;
mira los manantiales
de nuestros ojos.
y mientras llanto enjuga
tu rostro empañe,
habrá llanto en tus hijos
que te acompañe.