ENVIANDO UNA CESTA DE JAZMINES A UNA DAMA
Envidiosa es porción de tu blancura
esa que hoy de una verde celosía,
para honrar a tu mano, hurtó la mía,
ésta si cortesana, aquella pura.
El alba bella entre ámbares supura
en su limpio cambray sustancia fría,
madrugando más éste que otro día
y más que a otros crecida su ventura.
Y si ignoras el nombre a estos lozanos
jóvenes que te ofrezco a celemines
-que con serlo, se miran todos canos-
fácilmente creeré que lo adivines
si entre ellos mezclas, Lísida, tus manos.
Silos tocas, verás que son jazmines.
Envidiosa es porción de tu blancura
esa que hoy de una verde celosía,
para honrar a tu mano, hurtó la mía,
ésta si cortesana, aquella pura.
El alba bella entre ámbares supura
en su limpio cambray sustancia fría,
madrugando más éste que otro día
y más que a otros crecida su ventura.
Y si ignoras el nombre a estos lozanos
jóvenes que te ofrezco a celemines
-que con serlo, se miran todos canos-
fácilmente creeré que lo adivines
si entre ellos mezclas, Lísida, tus manos.
Silos tocas, verás que son jazmines.