SALUDOS PARA TODO EL FORODE NARROS
JUDIONADA DE LA GRANJA
Para que las alubias
se pongan finas
pasan toda la noche
en la piscina.
Para que las alubias
estén preparadas
pasan toda la noche
remojadas.
Por la mañana
las suben luego
y en la Pradera
encienden fuego.
En hermandad
los cocineros
preparan la judionada
de los granjeros.
Los judiones
con aliño suculento
se van haciendo
a fuego lento.
Desde que sale el sol
se van formando
grupos de amigos
que están guardando
sitio para las peñas
y en largas colas
se ve a los que esperan
buscando sombras.
Entre vinos y cañas
se pasa el tiempo,
mientras los forasteros
siguen viniendo.
Hasta diez mil
personas están
llenando la Pradera
del Hospital.
Y, sin embargo,
nadie se altera
por mucho que se haga
larga la espera.
Hacia las tres
llega el momento
de repartir, que se recibe
con gran contento.
En la bandeja
van las viandas
que con los judiones
todos aguardan:
Sandía, pan y vino
completan las delicias
de los que son de fuera
y de los peñistas.
Se agrupan los amigos
junto a las mesas
debajo de los árboles
con sombra fresca.
Ya todos servidos
dan buena cuenta
dejando limpio el plato
como patena.
Tras la comida
todo se mezcla:
unos echan las cartas
y otros la siesta.
Entre risas y juegos
pasa la tarde,
mientras hacen la digestión
los comensales.
Sólo al llegar el ocaso
que el sol se va
queda vacía la Pradera
del Hospital,
hasta el año que viene
cuando, esperada,
de nuevo se celebre
la judionada.
JUDIONADA DE LA GRANJA
Para que las alubias
se pongan finas
pasan toda la noche
en la piscina.
Para que las alubias
estén preparadas
pasan toda la noche
remojadas.
Por la mañana
las suben luego
y en la Pradera
encienden fuego.
En hermandad
los cocineros
preparan la judionada
de los granjeros.
Los judiones
con aliño suculento
se van haciendo
a fuego lento.
Desde que sale el sol
se van formando
grupos de amigos
que están guardando
sitio para las peñas
y en largas colas
se ve a los que esperan
buscando sombras.
Entre vinos y cañas
se pasa el tiempo,
mientras los forasteros
siguen viniendo.
Hasta diez mil
personas están
llenando la Pradera
del Hospital.
Y, sin embargo,
nadie se altera
por mucho que se haga
larga la espera.
Hacia las tres
llega el momento
de repartir, que se recibe
con gran contento.
En la bandeja
van las viandas
que con los judiones
todos aguardan:
Sandía, pan y vino
completan las delicias
de los que son de fuera
y de los peñistas.
Se agrupan los amigos
junto a las mesas
debajo de los árboles
con sombra fresca.
Ya todos servidos
dan buena cuenta
dejando limpio el plato
como patena.
Tras la comida
todo se mezcla:
unos echan las cartas
y otros la siesta.
Entre risas y juegos
pasa la tarde,
mientras hacen la digestión
los comensales.
Sólo al llegar el ocaso
que el sol se va
queda vacía la Pradera
del Hospital,
hasta el año que viene
cuando, esperada,
de nuevo se celebre
la judionada.
Luis que poema mas bonito, nosotos una vez nos fuimos a Moraira a comernos una que nos hizo una prima asturiana y fermentaron con el calor y no veas como estuvimos todos casi no llegamos a casa fue de risa pero bien mal que lo pasamos era verano te puedes hacer idea.
Saludos
Saludos
HOLA, P. S. ESTO SUELE PASAR CON LAS ASTURIANAS Y TAMBIEN CON LAS DE EL BARCO
QUE POR AQUÍ SON MUY APRECIADAS.
**LA CANCIÓN DEL AMOR OLVIDADO**
Para el amor más olvidado
cantaré esta canción:
No para el que humedece los ojos todavía...
Ni para el que hace ya
sonreír con un poco de emoción...
Canto para el amor sin llanto
y sin risa;
el que no tiene una rosa seca
ni unas cartas atadas con una cinta.
Sería algún amor de niño acaso...
Una plaza gris... Una nube... No sé...
Para el amor más olvidado cantaré.
Cantaré una canción
sin llamar, sin llorar, sin saber...
El nombre que no se recuerda
pudo tener dulzura:
Canción sin nombres
quiero cantarte
mientras la noche dura...
Cantar para el amor que ya no evocan
las flores con su olor
ni algún vals familiar...
Para el que no se esconde entre cada crepúsculo,
ni atisba ni persigue ni vuelve nunca más...
Para el amor más olvidado
-el más dulce...-,
el que no estoy segura de haber amado.
QUE POR AQUÍ SON MUY APRECIADAS.
**LA CANCIÓN DEL AMOR OLVIDADO**
Para el amor más olvidado
cantaré esta canción:
No para el que humedece los ojos todavía...
Ni para el que hace ya
sonreír con un poco de emoción...
Canto para el amor sin llanto
y sin risa;
el que no tiene una rosa seca
ni unas cartas atadas con una cinta.
Sería algún amor de niño acaso...
Una plaza gris... Una nube... No sé...
Para el amor más olvidado cantaré.
Cantaré una canción
sin llamar, sin llorar, sin saber...
El nombre que no se recuerda
pudo tener dulzura:
Canción sin nombres
quiero cantarte
mientras la noche dura...
Cantar para el amor que ya no evocan
las flores con su olor
ni algún vals familiar...
Para el que no se esconde entre cada crepúsculo,
ni atisba ni persigue ni vuelve nunca más...
Para el amor más olvidado
-el más dulce...-,
el que no estoy segura de haber amado.