Para Críspulo Cortés.
Con cariño y todo mi agradecimiento por tus palabras en tu mensaje anterior.
UN CANTO A MI TIERRA
Nieve y sol, hierbabuena y manzanilla,
campos dorados, encinas serenas,
en este rincón de mi gran Castilla
yo vivo contento, vivo sin penas.
Mi casa es el pueblo, su gente es mi gente
con la que yo vivo feliz y dichoso
esta tierra madre, que sufre y que siente
si no se la trata con tacto sedoso.
Con el alma me entrego yo a mi Villa
pues me dio la vida y me vio nacer;
su gente es buena, alegre y sencilla
de corazón noble y de buen hacer.
La iglesia San Juan Bautista con su arte
es portento y es tesoro de Castilla,
los muros del castillo forman parte
de la historia feudal de nuestra Villa.
Miro la puesta del sol y estoy un rato
contemplando el más bello colorido,
se ve robusta la Encina del Gato
y el paso de la Santa, florecido.
Calles pulidas, brillantes farolas
que alumbran la senda en la oscura noche,
se oye un murmullo como a caracolas;
¡De paz y sosiego esto es un derroche!
La noche serena, el cielo estrellado
que esparce ilusiones, también fantasía.
Se respira calma y embrujo dorado.
¡Extasiado vivo en esta tierra mía!
La rana se escucha al pasar el puente,
el grillo que canta allá en el barbecho,
el chorro del agua que cae de la fuente
y el jilguero alegre que engancha mi pecho.
Un mundo de gente la calle pasea
embriagados de gozo las tardes de estío,
si alguien viene al pueblo que a gusto se vea.
¡Luchemos por ello, que esto es vuestro y mío!
Los chicos cada cual juega su baza.
En las puertas se juntan los vecinos.
Las tertulias florecen en la plaza.
Es un canto a la paz el que vivimos.
Es un canto a esta tierra tan querida
que me dio la vida y me vio crecer,
si me muero lejos porque Dios lo pida
hasta ella me traigan para eternecer.
Ángel Luís Sánchez Fernández
El Molinero Bonilla
Con cariño y todo mi agradecimiento por tus palabras en tu mensaje anterior.
UN CANTO A MI TIERRA
Nieve y sol, hierbabuena y manzanilla,
campos dorados, encinas serenas,
en este rincón de mi gran Castilla
yo vivo contento, vivo sin penas.
Mi casa es el pueblo, su gente es mi gente
con la que yo vivo feliz y dichoso
esta tierra madre, que sufre y que siente
si no se la trata con tacto sedoso.
Con el alma me entrego yo a mi Villa
pues me dio la vida y me vio nacer;
su gente es buena, alegre y sencilla
de corazón noble y de buen hacer.
La iglesia San Juan Bautista con su arte
es portento y es tesoro de Castilla,
los muros del castillo forman parte
de la historia feudal de nuestra Villa.
Miro la puesta del sol y estoy un rato
contemplando el más bello colorido,
se ve robusta la Encina del Gato
y el paso de la Santa, florecido.
Calles pulidas, brillantes farolas
que alumbran la senda en la oscura noche,
se oye un murmullo como a caracolas;
¡De paz y sosiego esto es un derroche!
La noche serena, el cielo estrellado
que esparce ilusiones, también fantasía.
Se respira calma y embrujo dorado.
¡Extasiado vivo en esta tierra mía!
La rana se escucha al pasar el puente,
el grillo que canta allá en el barbecho,
el chorro del agua que cae de la fuente
y el jilguero alegre que engancha mi pecho.
Un mundo de gente la calle pasea
embriagados de gozo las tardes de estío,
si alguien viene al pueblo que a gusto se vea.
¡Luchemos por ello, que esto es vuestro y mío!
Los chicos cada cual juega su baza.
En las puertas se juntan los vecinos.
Las tertulias florecen en la plaza.
Es un canto a la paz el que vivimos.
Es un canto a esta tierra tan querida
que me dio la vida y me vio crecer,
si me muero lejos porque Dios lo pida
hasta ella me traigan para eternecer.
Ángel Luís Sánchez Fernández
El Molinero Bonilla