Agustin de Foxa
Cui-Ping-Sing
... Hoang:
Escucha...
¿En qué otro mundo de cerezas raras
oí tu voz? ¿En qué planeta lento
de bronces y de nieve, vi tus ojos
hace un millón de siglos? ¿Dónde estabas?
Fuiste agua hace mil años.
Yo era raíz de rosa, y me regabas...
Fuiste campana de Pagoda, yo era
nervio del ojo que miró a tu bronce.
Nos hemos perseguido
alma con alma, atravesando cuerpos
peregrinos de venas y latidos,
por pieles de animales, por estambres,
escamas, esqueletos cortezas;
por mil cuerpos y sangres diferentes,
alma con alma, cincelando torres
de espíritu con lágrima y sonrisa...
... Hoang:
Tú fuiste, Cui-Ping-Sing, todo lo claro,
el cisne o la ceniza.
Yo fui todo lo oscuro,
la raíz, la tortuga.
Tus pechos
son dos nidos calientes,
tejidos en la rama de un almendro...
Cui-Ping-Sing
... Hoang:
Escucha...
¿En qué otro mundo de cerezas raras
oí tu voz? ¿En qué planeta lento
de bronces y de nieve, vi tus ojos
hace un millón de siglos? ¿Dónde estabas?
Fuiste agua hace mil años.
Yo era raíz de rosa, y me regabas...
Fuiste campana de Pagoda, yo era
nervio del ojo que miró a tu bronce.
Nos hemos perseguido
alma con alma, atravesando cuerpos
peregrinos de venas y latidos,
por pieles de animales, por estambres,
escamas, esqueletos cortezas;
por mil cuerpos y sangres diferentes,
alma con alma, cincelando torres
de espíritu con lágrima y sonrisa...
... Hoang:
Tú fuiste, Cui-Ping-Sing, todo lo claro,
el cisne o la ceniza.
Yo fui todo lo oscuro,
la raíz, la tortuga.
Tus pechos
son dos nidos calientes,
tejidos en la rama de un almendro...