Presérvame, Señor, de ser
de aquellos que hablan mucho y no hacen nada;
que empiezan muchas cosas y no terminan ninguna;
que prometen mucho y no cumplen;
que no hacen nada y critican mucho;
que se lamentan de la maldad de los tiempos
y del egoismo de la gente
y no procuran formarse para enriquecer a los demás;
que no piensan más que en recibir y no en dar;
que no saben más que pedir y jamás agradecer
de aquellos que hablan mucho y no hacen nada;
que empiezan muchas cosas y no terminan ninguna;
que prometen mucho y no cumplen;
que no hacen nada y critican mucho;
que se lamentan de la maldad de los tiempos
y del egoismo de la gente
y no procuran formarse para enriquecer a los demás;
que no piensan más que en recibir y no en dar;
que no saben más que pedir y jamás agradecer