-25% solo aquí

NARROS DEL CASTILLO: Con una suave cadencia,...

Con una suave cadencia,
los rosarios se estremecen
en los varales de plata.
La Virgen del Rosario, llora
entre flores engalanada.
En sus rosarios se mece,
a sus rosarios reclama,
tierno y cálido fenecer
para su sufrida alma.
Gotas de blanca cera,
se confunden con sus lágrimas.
Su cálido rostro refleja,
su Pureza Inmaculada:
Rosario Divina ¡Celestial!
¡Por incienso perfumada!
Pétalos de nardos acarician
sus manos tersas y blancas,
mientras el dulce dolor enloquece,
sus pupilas angustiadas.

Maria Rosa Pacheco Gonzalez