Hay una perla preciosa
Hay una perla preciosa
en una cuna escondida,
envuelta en paños de nácar
en el mar de mi alegría.
Por esa perla preciosa
yo todo lo dejaría:
pueblo, casa, padre, hermanos
por esa perla daría.
En esa perla hay un Reino
por el que pobre me haría,
un Reino de Amor perfecto
que muriendo se obtendría.
Esa perla tiene un nombre:
Jesús, hijo de María,
en Él se cumplen los sueños
de Israel las profecías.
Es el tesoro escondido
en el campo de la vida,
por el que perdiendo todo
comprándolo ganaría.
En el mar de mi esperanza
hay una perla escondida,
es Jesús, el Sol de soles
que ya se alumbra en María.
Él es la luz de mis noches,
el que ilumina mis días,
el que en su Espíritu Santo
es la fuerza que me guía.
En el mar de la confianza
una perla es ofrecida,
en la fe puedo encontrarla,
con Amor hacerla mía.
La perla que por salvarme
se volvió humilde y sencilla,
el Sol se encendió en los mares
y la luna en sus mejillas.
En el mar de la ternura
del corazón en que habita
una perla está desnuda
esperando que la vistan.
La envolveré con el alma
en la fe que ella suscita,
la cubriré de esperanza
con el lienzo de la vida.
Desconozco su autor
Hay una perla preciosa
en una cuna escondida,
envuelta en paños de nácar
en el mar de mi alegría.
Por esa perla preciosa
yo todo lo dejaría:
pueblo, casa, padre, hermanos
por esa perla daría.
En esa perla hay un Reino
por el que pobre me haría,
un Reino de Amor perfecto
que muriendo se obtendría.
Esa perla tiene un nombre:
Jesús, hijo de María,
en Él se cumplen los sueños
de Israel las profecías.
Es el tesoro escondido
en el campo de la vida,
por el que perdiendo todo
comprándolo ganaría.
En el mar de mi esperanza
hay una perla escondida,
es Jesús, el Sol de soles
que ya se alumbra en María.
Él es la luz de mis noches,
el que ilumina mis días,
el que en su Espíritu Santo
es la fuerza que me guía.
En el mar de la confianza
una perla es ofrecida,
en la fe puedo encontrarla,
con Amor hacerla mía.
La perla que por salvarme
se volvió humilde y sencilla,
el Sol se encendió en los mares
y la luna en sus mejillas.
En el mar de la ternura
del corazón en que habita
una perla está desnuda
esperando que la vistan.
La envolveré con el alma
en la fe que ella suscita,
la cubriré de esperanza
con el lienzo de la vida.
Desconozco su autor