NARROS DEL CASTILLO: EL SUEÑO...

EL SUEÑO
A mi amigo fraternal Ángel Díaz; le segaron su vida, un 29 de agosto del 2006.

A madrugado la avara y fría muerte,
A tu puerta llamó, maldita hora
En que a tu cuerpo dejó inerte
Privándonos de ti, la vil-traidora.

Quien levantó el hacha homicida
Para darte ese golpe tan certero
Que salpicó tu sangre a nuestra vida
Al segarte la tuya, compañero.

Yo maldigo a la suerte y a la mano
Que arañó en tus entrañas inocentes,
Maldigo el no saber de aquellas gentes
Que vaciaron tu vida, en un verano.

Ahora sueño que estás lleno de vida,
Que seguimos formando el mismo lazo,
Ahora sueño con el beso y el abrazo
Que nos dábamos a tu llegada y a tu ida.

Y sueño con las tardes de verano
En el aire volando mariposas,
Y sueño yo contigo, amigo-hermano
Hablando los dos, de nuestras cosas.

De nuestra querida tierra y de su gente,
De tu casa dorada de miel y vida,
De tus paseos con Rosa, hacia la fuente,
Del amor, de la paz y de la vida.

Y sueño amigo y sueño y sueño
Que de la fuente del bien, eres el dueño.

El dueño del valle de la bondad,
El dueño del canto, de la alegría,
El amigo que llenaba el alma mía
Con su entrega, su gracia; con su amistad.

Y hablaremos del campo, y de las nieves
Que cubrieron las calles de nuestra Villa,
De las penas que tengo, de las que tienes,
De nuestra gente, amigo, buena y sencilla.

De nuestros hijos, que dan ya el vuelo.
De nuestros padres, que son fortuna
Del tesoro mas grande que manda el cielo.
De nuestras dos familias, que forman una.
De nuestras raíces, amigo, en este suelo.

Fuente del chorro, chopos y flores,
Camino arriba hacia las lomas
Veremos arando a los labradores
Y el bello plumaje de las palomas.

Iremos a honrar la cruz,
Que entre las ramas de encinas
Refleja y brilla una luz
Con la corona de espinas
De nuestro Señor Jesús.

La comida en el monte, deleite y gozo,
Te veo trajinando con gran salero,
De grandes amigos tienes un pozo
Y les brindas sonrisas, con un tequiero.

Partidas de cartas, duro trabajo
Aguantarse las bromas y chascarrillos.
Las mujeres pasean camino abajo.
Detrás de la pelota van los chiquillos.

Y sueño y sueño, que estás aquí conmigo,
Rebosando de vida, mi gran amigo.

Que paseas por las calles de nuestra Villa
Saludando a la gente, dulce y risueño.
Que eres hombre de honor ¡Qué maravilla!
Que estás aquí presente. Yo sueño…y sueño…

Que vuelves a la casa de los amores,
Repleta de ilusiones, versos y rosas,
Que te embriagan los cantos de ruiseñores
Y que hablamos los dos, de tantas cosas.

Y seguimos hablando, hablando, hablando,
Pero de pronto despierto; y estoy llorando.

Ángel Luís Sánchez Fernández
Narros del castillo---ÁVILA