Esta vida es un teatro burlador,
pues todo el que de rico va vestido
-sin ocultar lo que ayer tal vez ha sido-
ipso facto se le tiene por señor.
Hoy es meta general vivir mejor.
Para llegar al fin apetecido,
si es preciso el manejo envilecido,
se le acepta despreciando el pundonor.
Lo que menos interesa es el valor
moral del hombre y sus virtudes
descartàndose, por nulo, hasta el pudor.
Se compran las màs bajas aptitudes...
dejando a las futuras juventudes
¡la herencia de un egoìsmo engañador!.
Ramòn Fernàndez martí.
pues todo el que de rico va vestido
-sin ocultar lo que ayer tal vez ha sido-
ipso facto se le tiene por señor.
Hoy es meta general vivir mejor.
Para llegar al fin apetecido,
si es preciso el manejo envilecido,
se le acepta despreciando el pundonor.
Lo que menos interesa es el valor
moral del hombre y sus virtudes
descartàndose, por nulo, hasta el pudor.
Se compran las màs bajas aptitudes...
dejando a las futuras juventudes
¡la herencia de un egoìsmo engañador!.
Ramòn Fernàndez martí.