Humildad
Aprende del agua porque el agua es humilde y
generosa con cualquiera, aprende del agua que toma
la forma de lo que la abriga: en el mar es ancha,
angosta y rápida en el río, apretada en la copa, sin
embargo, siendo blanda, labra la piedra dura.
Aprende del agua que por graciosa se te escurre entre
tus dedos, tan graciosa como la espiga que se somete
a los caprichos del viento y se dobla hasta tocar con
su punta la tierra, pero pasado el viento la espiga
recupera su erguida postura, mientras el roble, que
por duro no se doblega, es quebrado por el viento.
Se blando como el agua para que el Señor pueda
moverte graciosamente en cumplimiento de tu destino,
y serás eterno como EL, porque sólo el que se
deja trascender por lo trascendental será trascendente
Aprende del agua porque el agua es humilde y
generosa con cualquiera, aprende del agua que toma
la forma de lo que la abriga: en el mar es ancha,
angosta y rápida en el río, apretada en la copa, sin
embargo, siendo blanda, labra la piedra dura.
Aprende del agua que por graciosa se te escurre entre
tus dedos, tan graciosa como la espiga que se somete
a los caprichos del viento y se dobla hasta tocar con
su punta la tierra, pero pasado el viento la espiga
recupera su erguida postura, mientras el roble, que
por duro no se doblega, es quebrado por el viento.
Se blando como el agua para que el Señor pueda
moverte graciosamente en cumplimiento de tu destino,
y serás eterno como EL, porque sólo el que se
deja trascender por lo trascendental será trascendente