Bonito pueblo, lo recuerdo con mucho cariño: con mis 16 años envasaba manzanas, muy buenas por cierto, veníamos desde Puerto Castilla, su arrabal de piedras enormes y llenas de formas, cruzando el rió, me impresionaron, y guardo un bonito recuerdo. Muchos años mas tarde volví acompañada de marido y padres, nos dimos un paseo por aquellos lugares magníficos, como en todos los pueblos, la vida se paro, los arboles secos ya sin frutos, todo abandonado, pero el aire que se respira allí arriba ese, no se perdió, el paisaje hermoso y bello se mantiene intacto. Cuidad vecinos ese rincón mágico. Un saludo a todos.