Muchas gracias, María. Efectivamente, la flordel pensamineto me trae muy gratos recuerdos de mi infancia porque mi madre, Dios la tenga en su gloria, las tenía siempre en sus macetas. Yo mismo recuerdo haber sembrado las semillas y después observar el nacimiento de la pequueña planta, verla crecer y dar hermosísimas
flores.
Son recuerdos de una infancia
feliz; llena de
juegos con tantos
amigos. A propósito, me acuerdo de Nicolás. ¿Te suena este nombre?
Un saludo cordial.