Dos monjas, una novicia y una Madre salen de su convento para vender los dulces que hacen las hermanas.
Se les hace de noche y están bastante lejos del convento.
De pronto, la novicia dice: Madre, se ha dado cuenta de que un hombre nos sigue desde hace un rato
-Sí. ¿Qué será lo que quiere?-
- Es lógico, nos querrá violar.
- ¡Dios mío! A este paso nos alcanzará enseguida. ¿Qué podemos hacer?-
- Caminar más rápido. ¡No hay otra solución!
Un poco después: - ¡No funciona! ¡Nos alcanzará en un minuto!
- Separémonos, dice la Madre. Usted por un lado y yo por otro. No podrá seguirnos a las dos.
- La Madre llegó al convento preocupada por lo que pudiera haberle sucedido a la novicia.
- Al cabo de un rato, llegó la novicia.
- Gracias a Dios. Cuénteme, ¿Qué pasó?
- El hombre me siguió a mí.
- ¿Y qué ocurrió después?
- Que yo corrí más rápido y él también.
- ¿Y?
- ¡Que me alcanzó!
- ¡Dios mío! ¿Y qué hizo usted?
- Lo lógico, me levanté el hábito.
- ¡Dios mío, Hermana! Y ¿qué hizo el hombre?
- Lo lógico: Se bajó los pantalones.
- ¡Oh, no! ¿Qué ocurrió después?
- Lo lógico, Madre. ¡Que una novicia con el hábito subido corre más aprisa que un hombre con los pantalones bajados!
Se les hace de noche y están bastante lejos del convento.
De pronto, la novicia dice: Madre, se ha dado cuenta de que un hombre nos sigue desde hace un rato
-Sí. ¿Qué será lo que quiere?-
- Es lógico, nos querrá violar.
- ¡Dios mío! A este paso nos alcanzará enseguida. ¿Qué podemos hacer?-
- Caminar más rápido. ¡No hay otra solución!
Un poco después: - ¡No funciona! ¡Nos alcanzará en un minuto!
- Separémonos, dice la Madre. Usted por un lado y yo por otro. No podrá seguirnos a las dos.
- La Madre llegó al convento preocupada por lo que pudiera haberle sucedido a la novicia.
- Al cabo de un rato, llegó la novicia.
- Gracias a Dios. Cuénteme, ¿Qué pasó?
- El hombre me siguió a mí.
- ¿Y qué ocurrió después?
- Que yo corrí más rápido y él también.
- ¿Y?
- ¡Que me alcanzó!
- ¡Dios mío! ¿Y qué hizo usted?
- Lo lógico, me levanté el hábito.
- ¡Dios mío, Hermana! Y ¿qué hizo el hombre?
- Lo lógico: Se bajó los pantalones.
- ¡Oh, no! ¿Qué ocurrió después?
- Lo lógico, Madre. ¡Que una novicia con el hábito subido corre más aprisa que un hombre con los pantalones bajados!