Las voces del mundo han levantado sus soles
En el interminable laberinto de la tierra
Y nadie ha podido aún encontrar la esencialidad de su luz.
Porque habita en el invisible corazón de la eternidad.
Más allá de las palabras, de los sentidos y las ideas
En el territorio oculto de tiempos escurridizos
Su piel de mares infinitos acuna la fuerza de las esperanzas
Agitando su melodía de fuegos en las manos del
arco iris.
Allí habitan las
sombras corriendo libres por la luz
En este terreno
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