Esta muñeca la tenía de pequeña una sobrina mía. Ya sabéis como son los niños, cuando se cansó de ella, la quitó la ropa, la despeinó y la tiró al
jardín. Un
amigo de la
familia alucinó un día cuando llegó a
casa. Lo primero que comentó: "pero que teneís fuera una muñeca inchable"... Que risas.