NAVALPERAL DE PINARES: LA MUERTE DEL PADRE DEL MAQUINISTA DEL TREN BRINDADO...

LA MUERTE DEL PADRE DEL MAQUINISTA DEL TREN BRINDADO

Aquel final de verano del año 1936, España fue un montón de atrocidades, que dejaron a sus gentes asustadas y sin respiración.
La historia que voy a narrar, me fue contada por una persona que fue testigo de tales hechos, y en su enfermedad de muerte, en la cama de un hospital, llamado el Gregorio Marañón, de Madrid, me lo volvió de nuevo a relatar, para que yo algún día diera fe de tales hechos.
El ejercito llamado nacional, avanzaba por tierras de Ávila, y sobre la ladera de aquel lugar, se encontraba un señor de edad avanzada, cuidando sus propias cabras.
El capitán que mandaba la compañía de soldados, entablo una conversación con dicho anciano, que no se percato, que eran soldados que luchaban por derrocar a la República española, en sus palabras de afirmación equivocada, comento a dicho capitán, ser el Padre del maquinista del llamado tren brindado. Que normalmente en aquellos días de inicio de la guerra, salía por un túnel con el tren dispuesto a machacar a los enemigos de la República, El dicho capitán, sin pensárselo dos veces, mando a tres soldados de su compañía, para que le llevaran un poco alejado de los demás soldados, y que le fusilaran sin contemplaciones, toda la compañía de soldados de infantería, se quedaron horrorizados, pero la voz del capitán diciendo, los enemigos de la patria hay que eliminarlos a todos.
Los disparos que mataron aquel anciano, sonaron como si una tormenta acechara dicho lugar, las caras de aquellos soldados de muy poco tiempo, ya que acababan de ser militarizados en los pueblos de Castilla y la mayoría de ellos en Valladolid, de donde este hombre testigo había salido al frente, desde el cuartel de San Quintín, obligado por su reclutamiento, sus mentes se quedaron estupefactas, y sus sentimientos ocultos por el miedo reinante de aquel momento trágico.
El testigo en sus momentos de ver que se le acababa la vida ya mayor, me dio todos los detalles que guardaba su mente, y que por muchos años nunca pudo contarlo,
Me dijo, algún día debes de explicarlo, para que si queda algún familiar de tal anciano, sepa que solo el capitán, fue el culpable de su asesinato, los tres soldados que le dispararon para eliminarle, debieron de pasar muchos días con un pesar que les ahogaba en sus ratos de descanso, las cabras que el padre del maquinista cuidaba, al oír los disparos, empezaron a coger carrera hacia diferentes sitios, la guerra continuo casi tres años más, pero al señor que agonizaba, tenia aquella imagen grabada en su mente, como si fuera un castigo.
Descansen en Paz los muchos muertos inocentes, que en tal maldita guerra, dejaron sus vidas, sin saber por que causa, y sufriendo horrores que aun te ponen los pelos de punta.
G X Cantalapiedra.