Por la ladera norte de El Cerrillo, se accede en
primavera, rodeado de
flores y la vegetación naciente, a la
Ermita de Nuestra Señora del Rosario, que se construyó con la aportación personal de los hijos del
pueblo. Precioso
paseo, contemplando el curso de la Garganta
Toledo y con la
Sierra del Zapatero de marco, al fondo