A todos los que reniegan de la República, y, sobre todo, de los valientes y honrados vecinos de nuestro
pueblo, que fue capaz de renegar, mayoritaria y democraticamente del pasado incivilizado y amoral de nuestro país, dando su apoyo a la etapa más justa y brillante que
España ha vivido, quisiera recordar, desde mi conciencia no ya republicana, sino, ante todo, filántropa, como todas las conciencias deberían ser, que aquel periodo de progreso e igualdad fue sólo abortado por una panda de desalmados,
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