En tiempos había un hermoso nido permanente de cigüeñas. Todos los años sin falta acudían a pasar el verano con nosotros. Todos los veranos hasta que se acometieron las obras de rehabilitación de la Iglesia, que se encargaron a un "Lumbreras" de San Miguel de Serrezuela. No sabemos si fue la envidia o su forma habitual de trabajar, el caso es que este individuo hizo desaparezer el nido para siempre. Pero la naturaleza es sabia y supera todo tipo de barbaridades. Han vuelto, esperemos que repitan... ¡¡por san blas la cigueña veras¡¡
La cigueña encima del campanario de la iglesia.