¿Hablamos del sobrao? ¡Que curiosa palabra dicen mis hijos ¡me imagino que lo llamarían así porque allí se metia eso: lo que sobraba, lo que estorbaba. Que diferencia de las modernas boardillas de ahora, tan bonitas, entarimadas y con diferentes ambientes adaptados a cada necesidad. Pero aquellos también tenían su encanto y mucho porque además de muebles viejos y de trastos guardaban innumerables recuerdos de toda una vida y que el deshacerse de ello supondría el tirar una parte de si mismos. Recuerdo de pequeña subir al sobrao de mi tía la que yo visitaba en verano, y la emoción que sentía al subir allí. Solo el subir por la escalera ya me ponía nerviosa, me daba un poco de miedo pero la idea de encontrarme allí con recuerdos antiguos me animaba a seguir subiendo. Era el suelo de madera y los techos por alguna parte eran muy bajos y había que agacharse. He visto otros sobraos llenos de polvo y de trastos, pero mí tía le tenia como un altar, todo limpio y colocado, había almireces de todos los tamaños, de su madre, de su abuela y yo que sé planchas de aquellas antiguas y un montón de cacharrillos mas. Eran preciosos y me llamaban mucho la atención. Habia también baules y una comoda y de lo demás ya no me acuerdo, pero para mí era una fiesta el subir allí. Posiblemente en Rasueros haya sobraos que guarden valiosas antigüedades que ni sus dueños saben los que allí tienen, ya no solo de valor económico sino sentimental.