RASUEROS: Yo también recuerdo la sala dormitorio en mi casa de...

Yo también recuerdo la sala dormitorio en mi casa de Rasueros, ahora que disponemos de todas las comodidades que podamos necesitar, entonces, solo se disponia de lo mas necesario y a veces escaseaban las cosas mas inprescindibles para tu normal convivencia.
La sala de mi casa era sencilla y austera, disponia de dos (nichos) dormitorios cubiertos por unas cortinillas de algodón un poco transparente, en el centro de la sala, una mesa comedor, que pocas veces se usaba para este fin porque casi siempre se comia en la cocina, tenia también una pequeña ventana por donde tibiamente entraba la lúz del sol, y por supuesto que debajo de sus camas estaban sus respectivos orinales, como decia P. Martin, habia un mueble (a mi me gustaba mucho) con su espejito y su palangana (palanganero).
Como veis hera una sala como casi todas las que habia en el Pueblo por esos años, sencilla, pero yo la recuerdo como el espacio de la casa mas util y entrañable, porque hera donde se realizaban todos los actos mas importantes de tu vivir diario, en esta habitación se recibian las visitas, se agasajaban a las mismas en los dias festivos, alli en el pollete de la ventana era donde esperabamos con expectación e ilusión la llegada de los reyes magos, y que por las circunstancias dela epoca que nos habia tocado vivir, recibiamos unos muy escasos juguetes, con todo o ha pesar de todas estas limitaciones,éramos (yo si) muy felices, con lo poco que teniamos disfrutabamos enormemente. Yo me estoy preguntando constantemente donde estaba el secreto de esa felicidád si careciamos de cosas, de productos, que ahora en esta epoca en que vivimos no se podria concebir, y llego a la conclusión de que el ser humano esta creado para adaptarse a todas las epocas y situaciones en que le ha tocado vivir, y que las cosas, las necesidades, lo que parece imprescindible y necesario para nuestra vida, nos lo creamos nosotros mismos, y en el fondo, se vé, que sin estas aparentes cosas o productos o lo que sean que ahora las consideramos INPRESCINDIBLES, también se puede ser feliz. abzs. Ignacio