Hola a todos:
Ya estoy de vuelta! Qué no os he olvidado! (Aunque esto ya lo sabéis).
Qué Semana Santa tan lluviosa, es verdad! Cerca de mi casa se han desbordado dos ríos, pero sin peligros para mi, tranquilos. A mi casa no es posible que lleguen, gracias a Dios. Pero la crecida de estos dos ríos fue tan rápida y brutal, que teniéndolos tan cerca, no pudimos evitar acercarnos para poder comprobar con nuestros propios ojos el suceso. Y fuimos. Impresionante el río Cega a su paso por la localidad de Viana! Muchas sensaciones, de distinta índole, se sienten cuando ves algo semejante. Dolor y pena por los vecinos afectados, y asombro ante la grandiosa fuerza del río, el gran poder de la Naturaleza. Y en esas estábamos, con la boca abierta, cuando tuvimos la genial idea de subir al terraplén de la vía del tren de cercanías. Y claro, una vez arriba, la física hizo el resto. Resbalé, y mucho. Y baje el terraplén en 0,5 segundos, rodando (Mojada hasta las orejas). Y, al ver mi marido mi tropiezo, y en un intento de socorrerme, resbaló igualmente y cayó encima de mí.
En conclusión, el resto de personas que se encontraban a nuestro lado viendo la crecida del río tuvieron doble espectáculo.
Afortunadamente las únicas secuelas que aún padezco han sido una tendiditis del cuello (Soy algo así como un robot cuando muevo la zona afectada y tengo un gran moratón en la cadera). Y gracias a que llevaba un abrigo de plumas muy grande que hizo a la vez de airbag, que si no sé qué me hubiera pasado! Espero que la próxima vez os pueda contar otra anécdota tan “divertida” pero menos dolorosa.
Por cierto Fraililla, mi madre estaba muy orgullosa de sus colchones de lana, algo que me has hecho recordar cuando hablabas de los esquiladores. Como siempre, eres quien enciende la luz de las habitaciones de mi mente donde guardo mis recuerdos.
Querida P. Martin Loa, Ignacio, Teresa, Maribel, Jaimar y Fraililla, por supuesto, aunque entro poco os considero mis grandes y buenos amigos del corazón. Un abrazo fuerte a tod@s.
Ya estoy de vuelta! Qué no os he olvidado! (Aunque esto ya lo sabéis).
Qué Semana Santa tan lluviosa, es verdad! Cerca de mi casa se han desbordado dos ríos, pero sin peligros para mi, tranquilos. A mi casa no es posible que lleguen, gracias a Dios. Pero la crecida de estos dos ríos fue tan rápida y brutal, que teniéndolos tan cerca, no pudimos evitar acercarnos para poder comprobar con nuestros propios ojos el suceso. Y fuimos. Impresionante el río Cega a su paso por la localidad de Viana! Muchas sensaciones, de distinta índole, se sienten cuando ves algo semejante. Dolor y pena por los vecinos afectados, y asombro ante la grandiosa fuerza del río, el gran poder de la Naturaleza. Y en esas estábamos, con la boca abierta, cuando tuvimos la genial idea de subir al terraplén de la vía del tren de cercanías. Y claro, una vez arriba, la física hizo el resto. Resbalé, y mucho. Y baje el terraplén en 0,5 segundos, rodando (Mojada hasta las orejas). Y, al ver mi marido mi tropiezo, y en un intento de socorrerme, resbaló igualmente y cayó encima de mí.
En conclusión, el resto de personas que se encontraban a nuestro lado viendo la crecida del río tuvieron doble espectáculo.
Afortunadamente las únicas secuelas que aún padezco han sido una tendiditis del cuello (Soy algo así como un robot cuando muevo la zona afectada y tengo un gran moratón en la cadera). Y gracias a que llevaba un abrigo de plumas muy grande que hizo a la vez de airbag, que si no sé qué me hubiera pasado! Espero que la próxima vez os pueda contar otra anécdota tan “divertida” pero menos dolorosa.
Por cierto Fraililla, mi madre estaba muy orgullosa de sus colchones de lana, algo que me has hecho recordar cuando hablabas de los esquiladores. Como siempre, eres quien enciende la luz de las habitaciones de mi mente donde guardo mis recuerdos.
Querida P. Martin Loa, Ignacio, Teresa, Maribel, Jaimar y Fraililla, por supuesto, aunque entro poco os considero mis grandes y buenos amigos del corazón. Un abrazo fuerte a tod@s.