Hola amig@s.
Fraililla, yo también recuerdo el lunes de aguas, el primer lunes de abril. Mi familia, mi tía y mis primos nos reuníamos en el pinar con el resto del pueblo para merendar. Y, como ya habéis contado, nuestra merienda consistía básicamente en tortilla, lomo, chorizo, flan chino, una rosquilla blanca, y otras cosas, todo ello metido en una fiambrera de aluminio, y en un cestillo ovalado con dos tapaderas (este último para llevar los postres). Merendábamos tranquilamente y luego los niños jugábamos todos juntos. Jugábamos a muchas cosas, los chicos nos intentaban asustar con las lagartijas (ingenuos!). E incluso nos llegabamos a " perder" en el pinar. Qué bien nos los pasábamos! Era un día muy deseado! Es una pena que estas maravillosas costumbres se estén perdiendo, que estén desapareciendo.
Hoy se lo he estado contando a mi hija mayor. Hemos hablado largo y tendido sobre el lunes de aguas, lo que hacíamos, lo que ha significado para mi. Creo que es importante transmitir a nuestros hijos las experiencias de los lugares en los que hemos nacido. Transmitir la tradición. Para que no se pierdan estas bellas costumbres, para que no caigan en el olvido. Quién sabe, quizás algún día estas fantásticas tradiciones vuelvan a estar de moda, y tengan un renacer.
Un abrazo a tod@s.
Fraililla, yo también recuerdo el lunes de aguas, el primer lunes de abril. Mi familia, mi tía y mis primos nos reuníamos en el pinar con el resto del pueblo para merendar. Y, como ya habéis contado, nuestra merienda consistía básicamente en tortilla, lomo, chorizo, flan chino, una rosquilla blanca, y otras cosas, todo ello metido en una fiambrera de aluminio, y en un cestillo ovalado con dos tapaderas (este último para llevar los postres). Merendábamos tranquilamente y luego los niños jugábamos todos juntos. Jugábamos a muchas cosas, los chicos nos intentaban asustar con las lagartijas (ingenuos!). E incluso nos llegabamos a " perder" en el pinar. Qué bien nos los pasábamos! Era un día muy deseado! Es una pena que estas maravillosas costumbres se estén perdiendo, que estén desapareciendo.
Hoy se lo he estado contando a mi hija mayor. Hemos hablado largo y tendido sobre el lunes de aguas, lo que hacíamos, lo que ha significado para mi. Creo que es importante transmitir a nuestros hijos las experiencias de los lugares en los que hemos nacido. Transmitir la tradición. Para que no se pierdan estas bellas costumbres, para que no caigan en el olvido. Quién sabe, quizás algún día estas fantásticas tradiciones vuelvan a estar de moda, y tengan un renacer.
Un abrazo a tod@s.