Hola a tod@s. Espero que tod@s hayáis pasado un buen fin de semana. No es que haya sido de los mejores, apenas se nota que ya estamos en primavera. Menuda granizada que cayó ayer! Y encima el frío continuúa. Pero al mal tiempo buena cara!
Estoy de acuerdo con Ignacio en que ahora se abusa mucho de las promesas. Quizás no se da la gran importancia que entraña en si misma una promesa. Pero en mi opinión el verdadero valor de una promesa es la intención con la que se formula. Y es que hay que tener en consideración que, en ocasiones, el devenir de la vida y otras circunstancias ajenas a nuestra voluntad, nos impiden cumplir con lo prometido. Por poner un ejemplo: se puede prometer a un amigo de todo corazón que se va a acudir a su boda. Una promesa real hecha con el verdadero deseo de ir. Resulta que nuestro amigo celebra su boda en un pequeño pueblecito a 150 Km de la ciudad. Y cuando nos ponemos de camino dipuestos a llegar a la hora... se nos pincha una rueda, en la comarcal 009, a 65 Km de "Villaperdidos" y a 70 Km de los "Montes del Olvido". En otras palabras, en medio del campo. Ah, y sin cobertura en el movil! Al final, y después de esperar 7 horas, pasa por esa carretera un tractor que nos ayuda a localizar una grua. Resumiendo, en este caso, que puede ser verídico, aunque no ha sido posible cumplir "de facto" la promesa, realmente no es algo que se pueda reprochar, como una promesa incumplida.
Diferente es prometer y prometer para convencer, para engatusar, por cumplir...
En este caso, las promesas no son más que palabras vacías, no son verdaderas, y no sirven más que para llenar los corazones de frustración y desencanto. Opino en este sentido como Lilian, en que hay personas que hacen de las promesas una herramienta par conseguir sus fines, como algo que forma parte de su trabajo, aunque sean palabras vacias. Pero con el paso del tiempo, vamos distinguiendo con claridad quien habla de corazón y quien habla desde el vacio, quien es de verdad y quien es más falso que un duro de 6 pesetas.
Fraililla, continúo contigo, en cuanto a nuestro particular asunto en común: "Los recuerdos de nuestra infancia en Rasuero". Y me gustaría preguntarte algo, ¿tendrías tú una foto de la Comunión?. Es que es posible que la hicieramos juntas, y yo, a mi pesar, no tengo ninguna, aunque curiosamente sí tengo la de mi madre. Espero que me pueda contestar afirmativamente, porque me encantaría verlas. También me gustaría saber como puedo hacerte llegar el libro del que hablamos ya hace tiempo, sobre las Costumbres agroalimentarias rurales del pueble de mi marido, ese trabajo universitario que hizo mi hija. Recuerdas? Bueno, ya me diras si lo puedo dejar en Rasueros o te lo puedo enviar a alguna dirección. Como te resulte mejor y más comodo.
Jaimar, me ha encantado tu historia sobre el braile. No tenía ni idea de dónde provenía esta escritura tan importante. Me ha resultado muy curioso y entrañable al mismo tiempo.
Os deseo a tod@s un buen comienzo de semana, esperando que la Primavera se deje ver de una vez.
Un abrazo a tod@s.
Estoy de acuerdo con Ignacio en que ahora se abusa mucho de las promesas. Quizás no se da la gran importancia que entraña en si misma una promesa. Pero en mi opinión el verdadero valor de una promesa es la intención con la que se formula. Y es que hay que tener en consideración que, en ocasiones, el devenir de la vida y otras circunstancias ajenas a nuestra voluntad, nos impiden cumplir con lo prometido. Por poner un ejemplo: se puede prometer a un amigo de todo corazón que se va a acudir a su boda. Una promesa real hecha con el verdadero deseo de ir. Resulta que nuestro amigo celebra su boda en un pequeño pueblecito a 150 Km de la ciudad. Y cuando nos ponemos de camino dipuestos a llegar a la hora... se nos pincha una rueda, en la comarcal 009, a 65 Km de "Villaperdidos" y a 70 Km de los "Montes del Olvido". En otras palabras, en medio del campo. Ah, y sin cobertura en el movil! Al final, y después de esperar 7 horas, pasa por esa carretera un tractor que nos ayuda a localizar una grua. Resumiendo, en este caso, que puede ser verídico, aunque no ha sido posible cumplir "de facto" la promesa, realmente no es algo que se pueda reprochar, como una promesa incumplida.
Diferente es prometer y prometer para convencer, para engatusar, por cumplir...
En este caso, las promesas no son más que palabras vacías, no son verdaderas, y no sirven más que para llenar los corazones de frustración y desencanto. Opino en este sentido como Lilian, en que hay personas que hacen de las promesas una herramienta par conseguir sus fines, como algo que forma parte de su trabajo, aunque sean palabras vacias. Pero con el paso del tiempo, vamos distinguiendo con claridad quien habla de corazón y quien habla desde el vacio, quien es de verdad y quien es más falso que un duro de 6 pesetas.
Fraililla, continúo contigo, en cuanto a nuestro particular asunto en común: "Los recuerdos de nuestra infancia en Rasuero". Y me gustaría preguntarte algo, ¿tendrías tú una foto de la Comunión?. Es que es posible que la hicieramos juntas, y yo, a mi pesar, no tengo ninguna, aunque curiosamente sí tengo la de mi madre. Espero que me pueda contestar afirmativamente, porque me encantaría verlas. También me gustaría saber como puedo hacerte llegar el libro del que hablamos ya hace tiempo, sobre las Costumbres agroalimentarias rurales del pueble de mi marido, ese trabajo universitario que hizo mi hija. Recuerdas? Bueno, ya me diras si lo puedo dejar en Rasueros o te lo puedo enviar a alguna dirección. Como te resulte mejor y más comodo.
Jaimar, me ha encantado tu historia sobre el braile. No tenía ni idea de dónde provenía esta escritura tan importante. Me ha resultado muy curioso y entrañable al mismo tiempo.
Os deseo a tod@s un buen comienzo de semana, esperando que la Primavera se deje ver de una vez.
Un abrazo a tod@s.