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RASUEROS: Estaba el otro día en casa de mi hija cuando, al pie...

Estaba el otro día en casa de mi hija cuando, al pie de la ventana de su habitación, vi la antigua maleta de mi padre, esa maleta de madera, marrón oscuro, que utilizaba en sus viajes a Francia. Aun conserva sus iniciales grabadas junto al asa. Hace ya tiempo que es mi hija quien guarda la maleta de mi padre. Ella, al igual que yo, tiene mucho apego a las raices, a no perder nunca de vista de dónde venimos, pues como la suelo decir muy a menudo, el futuro es el camino que se ve delante de nosotros, pero que es alumbrado con la luz de los pasos ya dados. Y al igual que nos habéis contado ya algun@ de vosotr@s, los recuerdos del pasado vinieron a mi mente. En primer lugar llegaron muchos recuerdos de mis padres, aunque esto lo hago a diario pues siempre los que llevo en el corazón y en mis pensamientos, luego brotaron recuerdos de mi infancia, de mis amigas, y continué mi paseo por la memoria recordando lo que hacíamos en estos días, ya adentrado el otoño, a pocas jornadas para los Santos. Y, claro, los recuerdos vinieron acompañados de la melancolía, sentimiento estrella de la época otoñal, a la que somos propensos aún sin quererlo. Pero, no sé muy bien porque, de pronto, una idea apareció en mi cabecita, algo que empujó fuera todo pensamiento melancólico. Y si nos fueramos de viaje? A mí me encanta el sol, creo que es algo de lo que ya he dicho en varias ocasiones. No sé muy bien que tienen esos rayitos de luz, que me dan una alegría y una energía! El otoño es muy bonito, es verdad, con sus colores, con su romanticismo, con las hojas cubriendo el suelo, con esas tardes de luz suave que suscitan unos sentimientos especiales, altamente perceptibles en los artistas, como bien dice Ignacio, y que él mismo nota en profundidad debido a ese sentimiento artístico suyo que tanto aprecio. Me gusta el otoño, pero, echo mucho de menos a mi querido sol! Y puede que esta atracción mía por el astro sol tenga algún tipo de significación psicológica, no lo sé, es algo inherente a mi persona. Creo que fue mi peculiar fascinación por nuestro "Lorenzo", la que, así cómo quien no quiere la cosa, metió los perros en danza dentro de mi cabeza, y plantó la idea de hacer un viaje. Pero no un viaje cualquiera, no. Al Caribe! Allí si que hay sol y calorcito! Y estuve soñando despierta, imaginándome nuevamente subida a bordo de un enorme cruzero, de esos que parecen edificios flotantes. Y allí estaba yo, sin preocupaciones, sin lluvias, sin frío, escuchando los acordes de una cumbia bailada por unos jovenes a unos pocos metros de mí, viendo a otro grupo en una de las numerosas terrazas haciendo ejercicios de aerobic, tumbadita en una hamaca, disfrutando del calor de los rayos de sol sobre mi rostro, con un sorbete de frutas en una mano. Pero ahí no quedó todo, pues mi imaginación fue más allá. En mi soleada fantasía no estaba yo sola,... vosotr@s estabáis allí conmigo! Os imagináis que viaje más encantador? En esto, que entró mi hija y el sueño, igual que si fuera humo, desapareció, y el cielo gris anaranjado de la tarde que se ofrecía desde la ventana, me devolvió a la realidad. Pero puedo aseguraros que los cinco minutos que duro mi viaje al caribe con todos vosotr@s, valieron la pena!
Ay Fraililla!, muchas gracias por decir que soy alegre, pero creo que de tod@s tú eres la que más anima este foro. Ya sabes que eres la flor de mi jardín, guapa.
Jaimar, anímate hombre! La vida tiene momentos y épocas malas pero también tiene muchas cosas buenas. Espero que en poco tiempo te sientas mejor y encuentres esa alegría que tanto te caracteriza, y así puedas deleitarnos con alguna de tus bonitas poesías.
Bueno amig@s, y si nos fueramos de viaje? Buen fin de semana a tod@s. Un abrazo