El otro dia escribia de la ilusión dormida, y de la que deberíamos de recuperar, y hoy! sobre esa ilusión renovada que te hace recobrar las fuerzas, las ilusiones por vivir, por soñar por realizar nuevas metas (después del tiempo de letargo). Todos podemos con nuestra pequeña o grande participación, construir, hacer sentir un mundo alegre, feliz. Solo basta con ponerse a la obra crear ese mundo. El mundo no está terminado, no está acabado de amasár, ni de modelar, ni de pintar... Porque Dios después de crear los cielos y la tierra, y la luz para separarla de las tinieblas y que fuese el dia y la noche, despues de que aparecieran las aguas, la tierra verde y los frutales, el sol y las estrellas, y las bestias de todas las especies, y el hombre y la mujer para que procrearan: despues de ver que todo lo hecho durante seis días era bueno, no descansó del todo el séptimo dia... Nos puso a trabajar, nos consagró a la tarea de seguir construyendo el mundo inacabado.. Y esa es nuestra tarea, seguir construyendo nuestro mundo, este mundo que tantas imperfecciones posee, no podemos construirlo con nuestro letargo, con nuestra desiria, con nuestra pereza. Tenemos que hacerlo desde nuestra positividad, nuestra constancia, nuestra ilusión.. siempre con positivismo, avanzaremos, seremos constructores de nuestro mundo. Falta mucho por realizar, todo está por esculpir, nosotros podemos hacer las cosas con nuestras propias manos, la realidad tiembla, se ondula se difumina. La realidad es ese temblor de la llama a lo lejos, ese espejismo del horizonte en los días de bochorno. Todo nos debe de parecer nuevo y asi, con nuevos ánimos iremos modelando las imperfecciones, pintando lo inacabado. Falta la pincelada, el trabajo de ese séptimo dia.. Ahora nos toca a nosotros seguir creando... Abzs. Ignacio