Hola amig@s del foro. Espero que estéis pasando un buen fin de semana. Muy bonito el cuento de Lilian, a mí también me ha gustado mucho. Además nos ha dejado un interesante tema de debate: las huellas. Totalmente de acuerdo con lo que decís sobre ésto, empezando por el hermoso cuento de Lilian, pasando por los bellos recuerdos de P. Martín. Loa y terminando con las reflexiones de Ignacio. Yo también quisiera dar mi humilde opinión. Las huellas, esos pasos que vamos dejando al andar el camino de nuestra vida. Bien si quedan marcadas en la tierra que pisamos, bien si luego desparecen a causa del viento, de la lluvia o porque otros, al pasar por encima, borran las nuestras. Esos pasos, ya andados, siempre dejaran un rastro, un marca, que nos lleva a continuar el camino en una u otra dirección, lo que determina nuestro futuro. Pero esa marca es tan importante, tan intensa, que no sólo repercute en nuestro destino, sino que es comienzo del camino de otros, en concreto, de nuestros descendientes. No únicamente afecta a nuestros hijos, también e nuestros nietos, y e los nietos de nuestros nietos, y así todo seguido. Si yo existo, si yo nací en Rasueros, no fue como consecuencia de mis actos, o del azar. Mucho tuvo que ver que mi madre regresara al pueblo, desde Madrid, al comenzar la guerra. En un principio ella había ido a la Capital bien jovencita para comenzar allí su vida. Un trágico suceso, la devolvió al pueblo. Y luego conoció a mi padre. Y aquí estoy yo. Podría haberse quedado allí, y en ese caso no hubiera conocido a mi padre, y yo no estaría ahora escribiendo estas lineas. O a lo mejor, si no hubiera ocurrido lo que ocurrió, algo tan terrible como sólo podría haber ocurrido en una guerra, al regresar tiempos más tranquilos, hubiera podido decidir regresar a Madrid, como hizo uno de sus queridos hermanos. Pero no, decidió quedarse en el pueblo. Y por eso en Rasueros nací. Esto fue el comienzo de mi camino, las huellas dejadas por mi madre, marcaron mi destino, de manera inevitable. En un determinado punto del camino que fue la vida de mi querida madre, en un momento concreto, de sus pasos, de sus huellas, surgieron las mías. Y no sólo marcaron mi comienzo. Intervinieron en el destino de mis hijos. Pues mis hijos son vallisoletanos, ya que mis padres decidieron venir a Valladolid a vivir, cuando yo contaba con catorce años. Aquí me hice mujer, aquí conocí al que hoy es mi marido, y padre de mis cinco criaturas, y aquí nacieron los cinco. Por lo tanto, las huellas de mis padres guiaron mi camino hasta Valladolid, lo que influyó decisivamente en el comienzo de las huellas de mis hijos, sus nietos. Ahora, miro atrás, el rastro de las huellas ya pasadas. Miro al pasado con nostalgia. En ocasiones invito a mis hijos y a mis nietos hasta mi pasado, para que conozcan sus raices, sus comienzos. Una simple visita a esa pequeña casita que, a modo simbólico, compré en mi pueblo, llevar flores a la Virgen, de quien ya es devota mi nieta pequeña, todo esto ayuda a mis descendientes a comprender de dónden vienen, con mi única intención y esperanza de ayudarles a dar sus pasos de forma segura y acertada, para que aprendan a decidir hacia donde quieren ir.
Os deseo a tod@s un buen comienzo de semana amig@s del foro. Un abrazo.
Os deseo a tod@s un buen comienzo de semana amig@s del foro. Un abrazo.